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346 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA hay en Castilla, entre nosotros; y tienen sus tiendas (le los oficios y obras, y ganan de comer con ello, y los plateros de oro y plata, así como (le martillo como de vaciadero, son muy extremados oficiales y asimismo lapidarios y pintores; y los entalladores hacen primorosas obras con sus sutiles alegorías en hierro; especialmente entallan es- meriles, y dentro de ellos, figurados, todos los pasos (le la Pasión de Nuestro Redentor y Salvador, Jesucristo, que si no les hubiera visto no lo pudiera creer que indios lo hacian... Y muchos hijos de prin- cipales saben leer y escribir y componen libros de canto llano, y hay oficiales (le tejer seda, raso y tafetán, y hacen paños de lana, aunque sean veinticuatro husos, hasta frisas, sayas, mantas y frazadas; y son cardadores y tejedores, según y de la manera que se hace en Sevilla y Cuenca; otros son sombrereros y jaboneros. . . Algunos de ellos son cirujanos y herbolarios y saben jugar (le mano y hacen títeres, y hacen vihuelas muy buenas. ., y han plantado sus tierras y heredades (le todos los árboles y frutos que hemos traído de España. . . Pasemos adelante y diré de la justicia que les hemos enseñado a guardar y cum- plir y cómo cada año eligen sus alcaldes ordinarios y regidores, y es- cribanos, y alguaciles, fiscales y mayordomos, y tienen sus casas de cabildo donde se juntan (los (lías de la semana y ponen en ellas sus poderes y sentencian y mandan pagar deudas que se deben unos a otros, y por algunos delitos (le crimen, azotan y castigan, y si es por muertes o cosas atroces, remítenlo a los Gobernadores, si no hay Au- diencia". Es decir, que España elevó la condición de los indios, y si los con- quistadores cometieron abusos reprobables, y los indios no fueron siempre y por todos bien tratados, no es (le creer que echaran de me- nos su situación bajo los caciques y los reyes aztecas o incas; pues, a pesar de todo, se abrió para ellos una nueva vida en la conquista; iniciados, primero, en las tareas de la agricultura, la ganadería y las artes mecánioas, y luego en las letras y ciencias, y gobernándose en sus pueblos por sí mismos, fueron más libres que lo habían sido nunca. ¿Se habría conseguido este mismo resultado siguiendo la predicación del Padre Las Casas? ¿Gabria hoy decir, (le haber prevalecido estas, que no hay ejemplo en la historia de la colonización de evolución má rápida, más completa y más progresiva que el que ofrecieron los te- rritorios descubiertos y conquistados por los españoles? Se ha dicho, y de ello acusó Las Casas 'a los conquistadores, que la conducta de España despobló la América, pero esto es un cargo completamente gratuito. Las guerras de la conquista produjeron, es cierto, una disminu- ción sensible de Fa población indígena, porque luchas tan porfiadas y tan sangrientas como las que sostuvieron en América, especialmente en Méjico, forzosamente habían de disminuir el número (le los habi- tantes. . ., pero de esto, a decir, como Las Casas, que en los cincuenta

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