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LAS ENCOMIENDAS.—CAPITULO VII 335 el principio, pues fué la causa de la secular polémica iniciada en 1520, por el licenciado Las Casas, después Religioso Domi- co, y siempre acérrimo defensor de los indios (1). 4. Estudiando serena e imparcialmente el el asunto, des- pués (le cuatrocientos años, se llega a la conclusión de que am- bas partes tenían razón. Planteada la cuestión tal cual se discu- tía entonces, era esta: si se podía y debía obligai' al trabajo a los indios. El licenciado Las Casas con muy buenas y podero- sas razones defendía que no, y, teóricamente quizá tenía razón, pero SUS contrarios tenían razones prácticas no menos pode- rosas. Ya hemos enunciado los motivos que los Primeros con- quistadores tuvieron para inducir a los indios a trabajar en las industrias necesarias en las incipientes colonias, y fueron los siguientes: 10 Proporcionarse alimentos para ellos mismos y el ejér- cito, pues era una necesidad apremiante e inaplazable. 2 Que los indios aprendieran a trabajar cerca de los es- pañoles. 3° Facilitar la instrucción del indio salvaje donde no ha- bía Misioneros, y, por último, recompensar de algún modo los servicios prestados por aquellos valientes y abnegados con- quistadores. Estas justas razones o causas fueron las que motivaron la Real Cédula de Isabel la Católica de que liemos hablado, aprobando la repartición de los indios, con ciertas restriccio- nesentre los encomenderos. Los primeros Misioneros Fran- ciscanos en su mayor parte, reconociendo la absoluta necesi- dad que había en la colonia del trabajo de los indios, y, por otro lado, que éstos eran refractarios al trabajo si no se les impelía de alguna manera, aprobaron, al menos tácitamente, esta práctica, sin dejar (le reconocer que se prestaba a muchos abusos, los que trataba (le evitar el licenciado Las Casas cor- tándolos de raíz, suprimiendo las encomiendas. (1) La discusión de las encomiendas, servidumbre y reducción obligada de los indios, comenzó entre el licenciado Las Casas, Obispo mús tarde de Chiapa, y el humanista cordobés Juan Ginés de Sepúl- veda. La tesis (le Las Casas fué defendida 1)01' Melchor Cano, Domingo Soto y Francisco Victoria. La de Sepúlveda por el Jesuita José Acos- ta y el Gobernador de Margarita, general don Bernardo Vargas Machuca.

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