BCCCAP00000000000000000000505

334 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA gún escritor quiso suponer, sino más bien una institución be- néfica que salvó la difícil sutuación en el principio de las co- lonias, cuando era absolutamente necesario hacer producir la tierra para no perecer todos de necesidad, y los conquistado- res no podían de momento dedicarse a la agricultura. Ade- más, era necesario crear en los indios, junto con las otras virtudes, hábito de trabajo; por eso la Reina Isabel dió cauce legal a la práctica de las encomiendas, en Real Cédula del año 1501, disponiendo que los indios de América, considerados en- tonces como menores (le edad, se pudieran repartir entre los principales colonos, en calidad de encomendados, con las obli- gaciones que ya hemos indicado; después vinieron las leyes de Indias a precisar más el asunto y hacer más rigurosas las obli- gaciones de los encomenderos. No se pueden negar las ventajas de esta institución legal de las encomiendas, pues los encomenderos, cuando tenían ya regularmente instaladas sus haciendas, con muy corto sacri- ficio recibían los indios que iban llegando de los montes y, juntos con los que ya estaban cristianizados, aprendían sin esfuerzo todo lo que se refiere a la vida cristiana y al trabajo del campo, sin ese enorme esfuerzo que tienen que hacer los Misioneros para fundar una Misión con los indios salvajes. Además, junto el indio neófito con los otros indios (le SU len- gua, empieza desde el primer día a aprender el castellano y todas las costumbres del indio civilizado, y sin gran violencia va venciendo su ingénita pereza, comenzando a producir (les- de el primer momento. Muchos de estos indios encomendados, los más hábiles y aplicados al trabajo, Cuando se casaban se les hacía su casita aparte y quedaban en la hacienda en la categoría de coloños, pagando un canon no muy subido, como dice la Real Cédula que conocemos, pues ya hemos dicho que los indios encomen- dados no eran esclavos; y así fundaron muchísimos pueblos. Las encomiendas produjeron, sin duda, grandes bienes en el principio de la colonización americana, sin ellas hubie- ra sido imposible aquella rápida transformación de pueblos salvajes en naciones civilizadas. Sin embargo, hay que con- fesar que se cometieron muchos y grandes abusos, y esto desde

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz