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LA INSTRUCCION EN VENEZUELA.—CAPITULO VI 329 presentan de repente una generación compuesta de sabios en todas las materias conocidas, desde la política y el arte de la guerra, basta el arte (le escribir con elegancia; y como antes han hecho notar el atraso Colonial, resulta que aquellos hombres venerables que hicieron la revolución no eran simples mortales, sino semidioses, que nacían llenos de ciencia". Lo que dice el sabio neogranadino, refiriéndose a su patria, es aplicable a toda Hispano-América, porque, efectivamente, no hubo provincia donde la clásica revolución no encontrase un número Con- siderable de hombres idóneos para el parlamento, para el foro y la magistratura, para el manejo de la hacienda pública, para la táctica militar y para sostener con brillo en el conipo de la prensa los nuevos principios políticos y loar los triunfos gloriosos de las armas liber- ) tadoras, j Como ejemplo elocuentísimo, puede citarse la rápida y completa organización de las siete provincias federales de Venezuela en 1811, y el admirable Areópago que reunieron en Caracas para la declarato- ria de la independencia nacional, no obstante ser Venezuela de las Colonias menos favorecidas por la Metrópoli en el ramo de fomento intelectual (1). y no eran un centenar, ni dos ni tres, sino millares de criollos 1 ilustrados, los que, bajo la suprema dirección de Bolívar, San Martín y otros conductores ilustres, dieron al mundo el grandioso espectáculo (le fundar y organizar, en POCOS años, una constelación (le las Repúbli- 1 cas, soberanas desde los antiguos dominios de Moctezuma hasta las ri- beras del Plata. Y, con pocas excepciones, esa brillante generación de próceres y de sabios, recibieron la educación en las Colonias, bajo el reinado (le Carlos IV, lo que prueba con creces que si este Rey no dió solícito y eficaz impulso a la ilustración en América, tampoco puede acusár- sele (le que la hostilizase en lo general, o que tuviese contra ella una prvención sistemática. No es tan fiero el león como lo pintan. En Carlos IV reconoce la historia buenas prendas morales y regular ilustración, aunque, por desdicha, estas prendas solían naufragar en las tristes condescenden- cias de un carácter por extremo débil. Pero el destino amargó su J vida con grandes infortunios, y no es caritativo agravar con una im- putación temeraria los justos cargos que le hace la historia por otros respectos. Ventas vincit. Mérida, 8 de septiembre 1922". 1 (1) Sin embargo, cuando en 1830 se disolvió la Gran Colombia muerte de Bolívar, quedaron gobernando tres venezolanos; Ui'- por la (l oneta, en Nueva Granada, Flórez, en El Ecuador y Páez, en Venezue- la. Bolívar independizó al Perú y lo gobernó tres años y lo mismo hizo Sucre en Bolivia. No fué, pués, menos favorecida, sino al con- trario.

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