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LA INSTRUCCION EN VENEZUELA.—CAPITULO VI 323 Los PP. Dominicos, Misioneros de la Provincia de Bari- nas, tuvieron también sus historiadores, cuyos relatos son de grandísima importancia para la historia de Venezuela; tales son los PP. Alonso de Zamora, Jacinto de Carvajal y el P. Fe- lipe Tovar. El primero escribió a fines del siglo XVII la "1-lis- toria de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Gra- nada, del Orden de Predicadores", reimpresa por el Dr. Ca- macciolo Parra. Caracas, 1930. En esta historia se relata la conquista y población de los cuatro Estados Orientales de Ve-' nezuela: Maracaibo, Mérida, San Cristóbal y Barinas, cine pertenecían entonces al Virreinato de Bogotá. Fray Jacinto de Carvajal escribió a mediados del mismo siglo XVII la "Relación del descubrimiento del río Apure has- ta su desagüe en el Orinoco". Impresa por la Excma. Dipu- tación (le León el 31 de julio de 1892. El R. P. Felipe de Tovar, Misionero (le Barinas, en los primeros años del siglo XVIII, escribió una Memoria acerca del origen y vicisitudes de las Misiones de Barinas; está inédita. Los Padres de la Compañía de Jesús, Misioneros del Ori- noco, tuvieron a su vez, ilustres historiadores en los PP. Ri- vero y Gumilla, El P. Juan Rivero, Misionero del Orinoco, a principios del siglo XVIII escribió la historia de aquellas Misiones, la cual fué editada en Bogotá el año 1883. Casi por el mismo tiempo llegó a estas Misiones el P. .José Gumilla, el cual escribió la famosa obra "El Orinoco Ilustrado", que fué editada en Ma- drid el afio 1711. Con todos estos escritos, legados por los Misioneros 'de 'os siglos XVI, XVII y XVIII se puede hacer una Historia com- l)lctísima del tiempo Colonial de Venezuela, y la posteridad hará justicia a los ilustrados, abnegados y laboriosos Misio- neros quienes, hemos de repetirlo, hicieron la historia y la es- cribieron. S. Insertamos a continuación el articulo del erudito Sr. Fe- bres, a que más arriba nos referimos. Dice así: "Son muchas las obras literarias en que al tratar del estado inci- piente de la instrucción pública en las colonias españolas se cita, pa- ra confirmarlo, la frase que sirve de epígrafe a este estudio, como es- tampada por Carlos IV en una Cédula en que negaba la gracia de

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