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316 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Recopilando los datos que dejarnos apuntados, tomados de Reales Cédulas y documentos fidedignos, hallamos que los Padres Jesuitas tuvieron tres colegios de segunda enseñanza: en Caracas, Maracaibo y Mérida. Hubo en tiempo de la Co- lonja dos Universidades, en Caracas y Mérida, agregadas a los Seminarios. La Diócesis de la Guayana tenía su colegio bien montado en la capital, y el Seminario en Cumaná, con cáte- dras de latín, filosofía y teología. Además, los religiosos te- nían en todos sus conventos escuelas y cátedras de latín, y en Barquisimeto, de filosofía. Había colegio de segunda ense- ñanza en Nutrias, en Barinas, en Guanare, en San Carlos, en Maracaibo, en Puerto Cabello y en Valencia. Había escuelas en Mérida; en Egido, de artes y oficios; en Guama, San Car- los y Trujillo, fundadas por el Obispo Martí (1). De todos estos centros de enseñanza se hace mención en dos documentos públicos, y no pretendemos afirmar que los hemos encontrado todos; pero ellos bastan para desmentir la leyenda de que los Reyes de España no querían educar al pue- blo americano. Todas las ciudades y pueblos importantes tenían su colegio, o en los conventos, u oficiales o al menos particulares, como sucedió en Mérida y Egido con la funda- ción del Sr. Uzcátegui. (1) "El Faro Militar", periódico del Perú, en su primer número correspondiente al mes de Junio de 1845, publicó un artículo referente a la educación y cultura de Bolívar y dice en el párrafo 29 : En 1790, Caracas era la ciudad de la América Española que encerraba hombres mas celebres. Su continua relación con las Antillas u la Europa, ex- plican esta superioridad intelectual. Se hace notar, sobre todo, en esta época el señor Bolívar: su gusto por las ciencias le hizo aficio- narse de un joven extraño, nombrado Rodríguez que se ocupaba en estudios científicos y con preferencia en el de mineralogía. (Véase Vicente Lecuna, Cartas del Libertador, T. X, pág. 396. Caracas 1930). Ciertamente cuando se leen con alguna atención los catorce tomos en folio editados por Blanco-Azpurúa, 32 de. Memorias de O'Leary, mas los once de los Anales de Venezuela, donde están recopilados gran parte de los documentos yproclamas, escritos por los fundadores de la Re- pública hasta el año de 1830, quédase uno «admirado de la cultura de aquella pléyade de hombres militares y civiles, educados en los últi- mos años del régimen colonial. Apuradillo se verla el que quisiera hacer ahora una lista igual en número, ilustración y heroísmo. No es aventurado afirmar que los cultos y abnegados venezolanos, educados afines del siglo XVIII fueron los que, en último caso, dieron libertad a la América del Sur.

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