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314 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA 6. El año 1730 fundaron los PP. Jesuitas el colegio de se- gunda enseñanza en Maracaibo, y el año siguiente fundaron también en Caracas (1), y para esa fecha tenían otro en Mérida, que pertenecía entonces a la jurisdicción de Bogotá. Se le- vantaron estos colegios a petición de los Cabildos, eclesiásti- co y civil, y fué aprobado el proyecto por el Real Consejo; pa- ia las niñas de Caracas fundó otro colegio por este tiempo el licenciado sacerdote D. Simón Malpica, Tesorero de la Ca- tedral. El Sr. Méndez y Mendoza nos habla de una clase de gra- mática establecida en Cumaná en el año 1775, sin duda en el convento Franciscano, aunque no lo dice, y añade (2): Que deseoso el Presbítero D. Blas Rivera de dar una base más sólida, se dirigió, cii junio del mismo año, a Su Majestad el Rey, apoyado por el Gobernador de aquella provincia, D. Pe- dro Urrutia, suplicándole se dotase a dicho colegio con una cátedra de filosofía del erario Real, como se había hecho con la de gramática existente, en atención a no tener la ciudad rentas con qué poder hacer tal fundación. El Real Consejo pidió informes a la Universidad de Ca- racas sobre este asunto, y habiendo sido favorables, Su Ma- jestad expidió una Real Cédula, con fecha 20 (le septiembre de 1782, disponiendo "que se establezca en la ciudad de Cu- maná una cátedra de filosofía y dos de teología, con dotación de trescientos pesos sencillos anuales sobre el ramo de tribu- to de indios de aquella provincia". Los señores Baralt y Díaz, nada afectos al sistema colo- nial, dicen en su "Resumen de la Historia de Venezuela". T. 1, pág. 429: La clase de música fité creada cii Caracas por el Pbro. D. Pedro So jo. Los clérigos Rafael Escalono y Alejan- dro Echesuría leyeron los primeros cursos de filosofía moder- na: Los dignos hermanos Luis y Javier Ustariz, notables por su elevada clase, su instrucción, y más tarde por su valor y virtudes patrióticas, tenían en su casa una academia privada donde se reunían varios literatos a cultivar las buenas letras u artes liberales; y el bueno, el afectuoso, el sabio Pbro. Dr. (1) Landaeta Rosales, obra cit., pág. 99. (2) Historia de la Universidad de Caracas, obra cit., T. 1, pág. 77.

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