BCCCAP00000000000000000000505
LA INSTRUCCION EN VENEZUELA.—CAPITULO VI 305 tenimiento de la primera clase de filosofía, cuya dotación era de ciento cincuenta pesos anuales, correspondían al seminario treinta; los ciento veinte restantes fueron dotación de Don Pe- dro .Laya Mujica. La segunda clase de filosofía fué erigida en 1741 a petición del Rvdo. P. Fray Pedro González de Fi- guera, Prior del Convento de Dominicos. Los religiosos de este convento se comprometieron a leer gratis la cátedra, con la condición de obtener dos borlas de Doctor, además dé las otras dos que estaban concedidas a su religión. La cátedra de medicina parece haber sido creada en 1763, época en que el Doctor Campins y Ballesteros se obligó a leer- la durante seis años, con la única recompensa de que le die- ran gratis las borlas de Maestro en Artes y Doctor en Medicina. La de Teología fué regentada por los Obispos hasta 1707, en que Monseñor Diego de Baños y Soto-Mayor la doté de renta con los bienes del presbítero Vilches y Navarra, de la ciudad de Trujillo. La fecha más remota que conocemos referente a la crea- ción de los estudios matemáticos en Venezuela remonta al año 1760. Eran los días del Gobernador Ramírez de Estenoz, cuando el coronel de Ingenieros señor D. Nicolás de Castro, deseando establecer en su casa una Academia de Geometría y fortificación exclusivamente para los oficiales de su man- do, elevó al Gobierno de Caracas la solicitud correspondien- te, que fué aprobada por el Gobernador y Su Majestad el ey. Otro establecimiento científico del siglo último fué el colegio de Jesuitas, fundado desde 1721 y a cuya creación contribuyó el cabildo eclesiástico. Este plantel dedicado ex- clusivamente a la educación eclesiástica no fué sino un nue- vo Seminario. Extinguido en 1767, el Ayuntamiento de 1768 opinó porque aquel plantel fuese convertido en Colegio de Nobles hijos de Caracas, al cual podrían venir los jóvenes distinguidos de las provincias. Por Real permiso obtenido el año de 1768, el Licenciado Pbro. Simón Malpica, Dignidad Tesorero de la Catedral de Ca- racas, fundó el Colegio de niñas educandas en una casa de su propiedad, poniendo la obra bajo la protección de la Au- toridad civil. Hasta aquí el señor Rojas. T. m.—p. 20
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz