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162 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUEL el viaje, cuando un comerciante de aquella trató, con especio sos pretextos, (le quitarles el barco. Al enterarse Fr. Francis co, trató de hablar al señor y persuadirle de que desistiera d su empeño; dijole que aquel barco estaba ya comprometido que los Misioneros esperaban hacia un año la salida, etc. En contróse el Hermano con el referido señor en el muelle, hízol humildemente muchas reflexiones, que no hicieron más efec to que envalentonarlo; le pareció que aquel fraile tan humild cia indigno (le tratar con di, y llevado de la soberbia y codici le dijo con desprecio: Este buque será para mí y no par usted. Al oír esto, resucitó D. Tiburcio de Redín, y, sin poder se contener, tomó en vilo al caballero como si fuera un sac y lo iba a tirar al río, lo que hubiera realizado si el Padre qu le acompañaba no se lo impidiera. Vuelto en si Fr. Francisc dejó al hombre, y de rodillas le pidió perdón. Aturdido es taba el caballero por tan encontradas impresiones, sin pode darse cuenta de lo que le pasaba; pero luego se le acercó u amigo, quien le afeó su empeño en estobar la salida ide l Misión, y le (lijo que se había encontrado con D. Tiburcio d Redín, protegido del Rey; al oír esto retiróse ci caballero si pensar más en el barco. 3. De Sevilla pasaron a Sanlúcar de Barrameda, dond a pesar de las promesas y protección del Rey, estuvieron e perando embarcación bastante tiempo, a causa de la guerr entre España y Portugal. Por fin, se embarcaron el día 20 d enero del año 1645, y desembarcando en el puerto de Piad llegaron al Congo el 25 de mayo del mismo año (1). A todos los Misioneros probó la tierra con fiebres inali nas, excepto al Venerable Fr. Francisco (le Pamplona, y p decieron graves enfermedades por la contrariedad del clim pr esta causa, tardaron algunos meses en llegar a la ciud de San Salvador, y, además, por el deseo que tenían de apre der la lengua congolesa, de la cual hicieron una gramática (1) Reinaba entonces en aquella nación (le negros D. Garc hermano de D. Alvaro, y era el XVII Rey cristiano de] Congo. Co hacía ya tanto tiempo que no llegaban misioneros de Europa, apen quedaba en todo el reino algún sacerdote indígena o portugués; por cual la ignorancia, superstición y corrupción de costumbres era pantosa.

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