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122 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Hace días que estoy esperando que el P. Mariano me diga algo ca contestación a la mía en que le comunicaba el deseo de V. P. de Po- tratándose del der regresar a España en la próxima primavera, pues Superior Regular es claro que hemos de proceder de acuerdo con la Provincia. Hasta hoy ninguno respuesta he recibido del P. Mariano; pero o pesar de ello, no he querido diferir más la contestación a Y. E. Por nuestra parte no habrá dificultad en que regrese, siempre que la Provincia provea esa casa (le un Superior Regular que sea ca- paz de reemplazar a Y. R. Espero, por esto, saber lo que dicen los Su- periores de la Provincia. Lo referente al Vicariato, ya ve Y. R. que la cosa es ya un hecho, y que las laboriosas gestiones de V. E. han llegado al resultado defini- tivo. Pero ahora principia la obra de la Provincia, cuyo resultado na- turalmente dependerá (le la organización que se le dé y del celo y ab- la negación de los encargados de llevarla o cabo. Esperamos que Provincia de Castilla se porte como corresponde a la magnitud de la empresa y conquiste mucha gloria para Dios y para la Orden. Y nada más por hoy. Mande y encomiende a Dios a su afectísi- mo s. s. y Hermano en Cristo, Fr, Melchor de Benisa, Proc. y Com. General". Con el documento pontificio quedó canónica y legalmen- los últimos te creado el Vicariato Apostólico del Caroni, y en días del mes de noviembre (le 1923, se recibió en Caracas la noticia de que había sido nombrado primer Vicario, con ca- iácter episcopal, el R. P. Bienvenido de Carucedo, Superior de la Residencia de Bayamo, en Cuba, y 49 Asistente de la Mi- sión, quien, después de haber recibido las Bulas de Roma, se trasladó a Caracas, donde llegó el 13 de marzo de 1924, fiján- dose el 1 de mayo para su consagración episcopal en nuestra propia iglesia de La Merced. ¡ Fué consagrante el Exmno. y Rmo. Sr. Arzobispo de Ca- racas, y «asistieron los limos. y Rmos. Sres. Obispos de Cuma- ná, Maracaibo y Valencia. Como los Capuchinos gozan de tanto prestigio en Venezuela, y se deseaban con ansia las Mi- siones, la fiesta de la consagración resultó solemnísirna y muy concurrida, quedando todos muy satisfechos. A primeros de junio salió el Ilmo. Sr. Vicario para Guaya- na a tomar posesión del Vicariato, acompañándole el R. P. Hermane Crisóstomo de Bustamante, como Secretario, y el Fr. Darío de Renedo, en calidad de Socio.