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MISIQN DEL CARONL—CAPITULO y iü de los pobres indios, y por eso han reiterado el ofrecimiento en dis tintas ocasiones. Pero si el Gobierno no creyera llegada la hora de emprender de nuevo la organización de las Misiones, o si entra en sus planes pres- cindir de los Capuchinos y servirse de Misioneros de otras Ordenes, como tiene derecho a hacerlo, ruego respetuosa y confiadamente a V. E. se digne participármelo para que los Superiores l)Uedafl atender a la demanda de Misioneros que la Santa Sede, de acuerdo con el Gobierno Japonés, les hace (1). Lo que sí nos seria (le gran sentimiento que, pasado más o menos tiempo, el Gobierno acudiera a la Orden Capuchina y los Superiores no pudieran complacerle por haberse visto obligados a aceptar otras Misiones, que han de exigir constantemente, como toda Misión, re- fuerzo (le nuevo personal para sostenerla. Me complazco en expresar al Sr. Ministro mis sentimientos de respeto y gratitud. Fr. Félix Ma. de Vegainiúii, Visitador y Comisario General. Caracas, 26 septiembre, 920". A los POCOS días envió el P. Félix una copia de la prece- dente exposición al Rvmo. P. General, acompañada de la si- guiente carta, en la cual le comunica que el Gobierno ha visto con agrado el ofrecimiento de Misioneros, y que se ocupaba ya del modo de dar comienzo a la obra. "ilmo. P. General de los FF. MM. Capuchinos. Roma. Ilmo , mi inu, respetable Padre: Quisiera que estas fueran las últimas lineas que le dirigiera desde Venezuela; pero no será así, ues el Gobierno aún no ha resuelto nada. Le incluyo copia de la nota que con fecha 26 del pasado dirigí al Si.. Ministro, sirviéndome del motivo de que los Misioneros son licitados por otros Gobiernos, para así más obligarle. El día 27 tuve con el Sr. Ministro una larga conferencia y me dijo que el Gobierno vió con agrado y aceptó el ofrecimiento de los Misioneros, y que ahora se ocupaba del modo de dar comienzo a la obra, añuiiendo que un día de estos tendría el gusto (le darme cuenta del aCUer(lO (pie tomara. Sea el que fuere, me apresuraré a comunicár- solo a V. P. Ilma. (1) En la distribución (le Colonias que fueron (le Alemania, al fin de la guerra europea, quedose el Gobierno japonés con las Islas Carolinas, y para éstas pidió a la Santa Sede Capuchinos españoles, que fueron sus primeros Misioneros.

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