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MISION DE CUMANA.---CAPITULO VI 93 EL P. LORENZO DE BELMONTE.—Varón singular en los sufrimientos, fué compañero de Fr. Francisco de Pamplo- na en la primera 'expedición a la isla de Granada y Píritu; volvió en la segunda Misión a Cumaná, donde trabajó con incansable celo en la conversión de los indios que parecían irreducibles, hasta que su constancia logró ver suinisa una gran parte de aquellas almas rebeldes. Tuvo don de profe- cía, pues "predicando en Cumaná pronosticó dentro de cier- tos días la destrucción de la ciudad por enemigos forasteros, como sucedió puntualmente". Murió en Santa María en 1676. EL P. FRANCISCO DE TAUSTE.—Fuó uno de los fun- dadores de la Misión de Cumaná; religioso de vida inmacu- lada y de suma caridad, trabajó con indecible celo en la con- versión de los indios hasta su muerte. "Tuvo don de lenguas, de las cuales escribió Catecismo, Arte u Vocabulario, que im- primió en Madrid el año de 1680". Volvió después a las Misio- nes, y al fin de tantos trabajos le dieron veneno los indios, para que muriera rabiando; pero entregó su espíritu pidiendo a Dios por los que le causaban la muerte y perdonándolos de corazón el año (le 1684. EL P. JUAN DE POBO.—Fué muy penitente, ejercitando en su cuerpo continuos rigores y austeridades; dejó escritos varios Vocabularios para utilidad de los nuevos Misioneros. Murió con veneno, que le dieron los indios, el día 2 de abril de 1683, en una expedición distante de las poblaciones, donde no pudieron administrarle los Sacramentos, por cuya causa estaban con algún desconsuelo los compañeros, aunque te- nían muy experimentada su gran virtud y pureza de alma. Pronto los consoló Dios, porque se apareció a uno de los re- ligiosos con vestiduras sacerdotales, glorioso y lleno de res- plandores; le dió parte de su gloriosa suerte diciéndole otras cosas de gran consuelo y aliento para todos, y le ordenó que se las participase y les dijera cómo subía ya a gozar en la glo- ria el premio de sus trabajos; que perseverasen constantes en su Misión Apostólica, porque era grande el premio que les esperaba, y mucho lo que Dios se complace de estas Misiones; y dicho esto, desapareció. Está enterrado en el pueblo de San Juan Bautista.

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