BCCCAP00000000000000000000504

90 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA de la Concepción y Arteaga, en la siguiente carta dirigida al Rey (1): "Señor. En diez de diciembre del año próximo pasado di cuenta a V. Majestad de que en virtud de lo que V. Majestad me manda en las Cédulas de 25 de enero de 1702 y 24 de marzo de 1707, en compañía de Vuestro Goh'»'.'-» esta Provincia erigí en seis doctrinas los diez y seis pueblos de las Misiones de Piritu, que tenían a su cargo los religiosos observantes del Señor San Francisco, a quienes dejé en ellas por curas doctrineros. Y hoy la doy a Y. Majd. de que el día nue- ve del presente, juntamente con dicho V. Gobernador, erigí en cinco doctrinas do clérigos los diez pueblos de Misiones que están a cargo de los religiosos Capuchinos, agregando a dichas doctrinas la de Ari- cagua y Arenas, de indios demorados, para su mejor y más cómoda administración, como por menor consta del testimonio adjunto. La cabeza de estas Misiones, que es el pueblo de Santa María de los Angeles, y consta de quinientas y seis almas, de todos sexos y eda- des, pareció conveniente a Vuestro Gobernador y a mi, que quedara solo en una doctrina, y que esta, precediendo la presentación por vuestro Vice-Patrón, el examen y colación canónica, la sirva el Pre- fecto que es o fuere de estas Misiones, teniéndolo a bien V. Majestad, por las razones siguientes. La primera, porque en la inmediata Provincia de Cara- cas, el Prefecto Capuchino de aquellas Misiones es Cura colado de la ciudad de Españoles, nombrada San Carlos. La segunda, porque en vuestra Real Cédula de Ordenanzas de diez de mayo de 1708, previene Vuestra Majestad que, si para el resguardo de estas Misiones se fundare una ciudad, y el Prefecto Capuchino de ellas, sujetándose a las leyes de vuestro Real Patronato, examen e ins- titución canónica, quisiere ser Cura de dicha ciudad, lo permita vues- tra Majestad. La tercera, porque los Religiosos Capuchinos, que hoy se hallan en (1) P. Anguiano, Crónica, pág. 181-3.—Este celoso Prelado fué "Franciscano. Natural de Querétaro en el Virreinato de Nueva España. Electo por el Papa Clemente XI, Obispo de Puerto Rico, fué consagrado en su patria, donde permaneció algún tiempo sin po- der venir. Tomó posesión de su Diócesis el 19 de mayo de 1706, fulmi- nó pena de excomunión contra los que, so pretexto de diversiones y carreras de caballos en las fiestas de San Juan y Santiago, cometían excesos escandalosos y desmoralizadores. Formó constituciones y es- tableció Colegio Conciliai en el Hospital de la Concepción, pero no tuvo éxito. Celebró Sínodo Diocesano en su Catedral el 18 de Junio do 1713, el tercero celebrado en Puerto Rico; pero sin duda no se pu- blicaron sus Sinodales, y no se sabe lo que en él se acordó, ni si fué aprobado por S. M., como lo fué el de López de Haro. Este Obispo, enérgico, laborioso e inteligente, falleció en su Diócesis en 1713, y es- tá sepultado con los demás Obispos en la Catedral". (Sínodo Diocesano del Obispado de Puerto Rico del año 1917, ya citado, pág. 144). •

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz