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62 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA las siguientes razones: Esto se debe de querer ya acabar, pues recibi- mos con tanto gusto a los Padres en nuestras propias tierras y damos la paz y obediencia a nuestros antiguos enemigos los Españoles". Tanta prosperidad duró poco tiempo, pues por la codicia de algunos encomenderos, que con pretexto de que se les ha- blan huido algunos indios encomendados suyos, penetraron en los pueblos de San Salvador y San Francisco, situados en las riberas del río Guarapiche, quemando algunas casas, se albo- rotaron terriblemente los indios, y de tal manera se excitaron, que no pudiendo castigar a los encomenderos que habían hui- do, quisieron vengarse en loa Misioneros, que no tenían culpa. El pueblo de San Salvador desapareció totalmente en esta ,sublevación, y de San Francisco huyeron la mitad de los in- dios al monte, y no fué posible volver a reducir los fugitivos. 2. Enterado el Sr. Gobernador de Cumaná de lo que ha- bía sucedido en las Misiones, y entretanto que hacía las averi- guaciones del caso, expidió el auto siguiente (1) "En la ciudad de Cumaná, en 15 días del mes de Julio de 1669 años. El Sr. General D. Gabriel de Rojas Valle y Figueroa dijo que, además de lo contenido en sú auto de 31 de mayo próximo pasado que está en los de las Misiones, y fué remitido original al Capitán Fabián de Galindano, Teniente del Valle de Cariaco, y de las diligencias que están obrando por su orden el dicho teniente, en razón de la entrada que hizo el Capitán Luis del Rosal con ruido de armas la tierra aden- tro, y a donde se hallan y asisten los PP. Capuchinos entendiendo en sus Misiones; y para que no se cause perturbación en materia tan del servicio de Dios y de su Majestad Real, mandaba y mandó al dicho su teniente, que en el primer día festivo, después de acabada la Misa, en una de las Ermitas en que se acostumbra celebrar los tales días, y con- curren los indios de doctrina y Españoles que residen en dicho Valle, haga pregonar por voz de pregonero este Auto a la letra, por el cual su Merced prohibe y manda que ningún espauíol, mestizo, ni mulato, ni negro salga de dicho Valle de Cariaco y su contorno; de manera que ninguno pueda encaminarse a ir, ni poder osar enviar a nadie con nin- gún pretexto al país del Cerro del Guácharo y su contorno, donde a- sisten los PP. Capuchinos entendiendo en dicho ministerio, ni en diez leguas en su redondez. Al español que esto contraviniere, bajo pena ¿le privación de in- dios si los tuviere, y en su defecto sea obligado a seis años de soldado arcabucero de la fortaleza de Araya, a ración y sin sueldo; y los de- (1) Relación cit., p. 95; Anguiano, Crónica cit., p. 121-2.