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CONCLUSION 431 dad de la conquista y estaban en su mayor parte reducidos en lo posible a vida civilizada por la obra de los Misioneros (1). He dado una ojeada, muy rápida a la verdad, porque más no me permite la índole de estas conferencias, a la la- bor elemental, llamémosla así, de la civilización de nuestra patria por medio de la Cruz, y encuentro que es preciso con- cluir en elogio de esa penosísima labor. Sí, a pesar de cuan- to se escriba contra los procedimientos del Misionero en la realización de su empresa,—. partiendo de predisposiciones injustas, confrontando sus resultados con los que pudiera ofrecer igual empresa en nuestros días, trazando planes idea- les de reducción que admiran como parto de la fantasía, pe- ro que bien enseña la experiencia cuánto son de ilusorio, za- hiriendo la sencilla fe del apóstol o su carencia de recursos materiales o científicos para remediar ciertas necesidades de sus neófitos, exigiendo para el indio reducido una cultura superior que hoy mismo nos cuesta a nosotros tanto trabajo adquirir,— a pesar (le lodo eso, lo cierto es que la evangeli- zación del territorio venezolano fué una labor medí/sima, y que aquellos rudimentos, por exiguos que parezcan, de ci- vilización y de cristianismo que los Misioneros pusieron en el alma reacia de nuestros indígenas, fueron el fermento vital que les sirviera más tarde para formar la masa de nuestra nacionalidad. Por otra parte, las noticias que poseemos de los pueblos que fundaban las Misioneros, recomiéndanlos bas- tante de expertos colonizadores: al régimen de las Misiones se debe el haber acrecentado el apego a la propiedad raíz, la estabilidad de habitaciones, el amor a una vida suave y pacífica (2); el sistema de Misiones conservó un número ma- yor de indios y los educó en el cultivo de la tierra y pastoreo de ganados (3); y si nos referimos a la solicitud del Misione- ro para levantar el nivel moral del indígena, yo no veo, por ejemplo, que sea más encomiable el empeño que hoy se pone en "salvar la raza" de los estragos del alcoholismo, que los (1) Cf. Colece. Blanco-Azpurúa, t. 1, pp. 283 y sig. (2) A. (le Humboldt, Voyage mix régions equinoxialcs (tu Nouueau Continent, cita de Gil Fortoul. (3) Gil Fortoul, op. ci., p. 42.

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