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CONCLUSION 429 tierra de ser conquistada con armas, que con religiosos de San Francisco que viniesen a predicar a los indios, con la Cruz y apostólicamente los pacificarían y reducirían a Dios" (1). Los Franciscanos Observantes y los Capuchinos tuvieron, en efecto, a su cargó la evangelización y reducción a pue- blos, de un gran número de tribus cmi el Oriente, Sur y Cen- tro de nuestra hoy flamante República, y por más que con criterio estrecho y a las veces burlesco se juzgue al presen- te el resultado de su obra, ninguna mezquindad de juicio po- drá oscurecer ni el heroísmo de su empeño ni el mérito de su labor, por escaso que, cotejado con el progreso actual, pue- da considerarse aquel resultado. Yo recorro la lista de los pueblos que forman nuestros Estados Anzoátegui, Monagas y Sucre, y encuentro que en su mayor parte fueron fundados por los Misioneros, y apoyado en el dato auténtico de que para fines del siglo XVIII lleva- ban ellos fundados en esas regiones "sobre setenta pueblos, con más de cuarenta y cinco mil habitantes de pura raza indígena", adhiero con mucho gusto a esta conclusión: "Fran- ciscana es, por tanto, la civilización del Oriente de Vene- zuela, y en sus historias ha de constar siempre que el no- venta por 100 de sus poblaciones surgió al impulso de los hijos del patriarca de Asís" (2). Yo detengo la vista en nues- tras vastas regiones de Guayana y reconozco la justicia que siempre fué tributada a la constancia heróica del Misionero para penetrar primero en aquellas comarcas incultas y en se- guida para establecerse y hacer prosperar sus fundaciones, hasta el punto de que ellas sean consideradas como el ejem- plar por excelencia entre nosotros de esa labor colonizadora. Más de veintiún mil indios llegaron a tenerse allí bajo el ré- gimen de la Misión en los muchos pueblos creados, ejerci- tándose, con la lentitud propia de su condición selvática, en las artes necesarias para ser elevados a una situación civil más perfecta, provistos de elementos y recursos abundantes para (1) D. Fernando Lobo, Ob. de Pto. Rico, al Rey de España. Cf. Las antiguas Misiones (fe Cumaná y Maturin. Tip. La Verdad. San Juan Puerto-Rico. 1912, p. 21, números siguientes. (2) Las antiguas Misiones de Cumaná y Maturín, págs. 51 y 62.

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