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MISION DE CIJMANA.—CAPITULO II 43 ros castellanos, trataron todos de fundar nuevas poblaciones de indios, los cuales ya estaban tratados y conocían a los Re- ligiosos en las jornadas que habían hecho por sus tierras; es- taban menos feroces, en particular un indio capitán, a quien tenía algún respeto la parcialidad de los Caribes, el cual pe- día que los Religiosos fueran a su casa; aceptaron los Misio- neros la invitación, y allá se dirigieron los tres que habían llegado de la Provincia de Castilla y otros dos de la de Ara- gón. Llegaron a la casa del indio, que distaba cuatro días de camino, pues vivía este capitán (le indios confinado con las tierras de los Caribes, a donde pasaron después dos de los Religiosos, y en ambas partes fabricaron casa e iglesia con muchísimo trabajo, cargando ellos mismos las maderas y todos los materiales sobre sus hombros, y fabricándolas con su propia mano. Se llamaba el indio capitán Macuare, y la población, que llegó a tener más de 600 almas, se dedicó a la Santísima Virgen del Pilar; esta Misión (le Nuestra Seño- ra del Pilar se hizo el primero de mayo de 1662. Poco tiempo después se llevó a cabo la otra Misión, edifi- cada junto a la casa de otro capitán caribe, llamado Ocapra, que tenía ya más de setenta años, y murió cristiano; porque, habiéndose en el Pilar agregado a los Caribes otros indios de nación Coacas, dotados de buen natural y muy inclinados a las cosas cristianas, no pudieron éstos soportar el carácter al- tivo de los Caribes, que los querían tener sometidos y suje- tos como si fueran sus esclavos. Y como a los Coacas sólo los tenía allí el amor al Misionero, le pidieron con encareci- das instancias que los apartaran de los Caribes y les hiciera pueblo aparte en otro sitio separado de ellos, porque s veían tan oprimidos, que no lo podían tolerar. Dióse cuenta de todo al Gobernador de Cumaná, quien dispuso que los Cari- bes se poblaran aparte, señalándoles lugar, pero no quisie- ron dejar el Pilar. Entonces salieron los Coacas y se pobla- ron en el lugar que les dijeron, tomando como titular a San Juan Bautista, que estaba muy poblada cuando la destruye- ron los franceses. 7. El año 1663 regresaron de España los PP. Francisco de Tauste y Agustín de Frías, que habían ido a Madrid para