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426 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA o desapego que los autores tienen a la religión católica; aún cuando la predisposición contra ella no debiera llegar hasta negarle sus mereCil ¡OS e imput arle niezquillall 7lte co- ¡no demérito lo que sólo fué el resultado de peculiares cir- cunstancias. ¿Quién no apreciará la importancia de la labor evangé- lica en Venezuela al confrontar la abnegación del Misione- ro con la conducta atroz y sanqui11ara del conquistador des- apiadado? ¿Cómo no admirar, mientras se c onsidera el es- pectáculo horrendo de aquella conqUtsta en que las pasio- nes más brutales se desenfrennl y los cuadros ¡uds aboini- nales de inhuman idad quedan trazados, el sacrificio de aqL!e lbs Religiosos que siendo los ún icos representantes de un al- truismo sagrado cii medio de aquel des bordalflidhit0 de co- dicias, abandonan sus vidas al azar de los acontecunh11b0s1 para perecer unas veces víctimas de su caridad apostólica y otras en aras de la venganza, inmoladoS al furor que la crueldad de los aventureros provocal'a? ¿Y cómO no expli- curse suficie1ltemdhtte al recuerdo de tanta infctnhi0 cometi- da contra el indígena, la conducta del misionero coloniza- dor, separando sus poblados del contacto con el europeo; por lo mismo que la mentali(k del indígena CPU [(tfl exi- gua y m ientras el desarrollo s ocial del país no presentaba garantías de que ese contacto le fuese piovechoso? Basta contemplar lo que hoy, a nuestra vista, ocurre en materia de explotación del indígena americano p01' los aventureros del comercio o de la polítiCU sin dejarle en cambio la menor partícula de civilizac ión, para comprender cuán injustos son los cargos de los escritores a que Inc he referido contra los misioneros, por la incomunicación en que dicen haber teni- do a sus neófitos respecto del mundo civilizado! Lo cierto es que sólo la Iglesia Católica se ha interesa- do viva y eficazmente por la suerte de nuestros aborígenes. Desde el insigne Fray Bartolomé de las Casas, que empleó un celo quizás a las veces intemperante para protegerlos, hay que nombrar siempre a los Religiosos como a los únicos ver- daderos amigos (le] indio. Ellos se esmeran por reducirle a eivil. ellos le enseñan a practicar las industrias más

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