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425 CONCLTJSION del Evangelio en medio de las naciones infieles, y la histo- ria celebra con grandes elogios la obra por ellos realizada en los diversos períodos de la duración que hasta hoy se han venido cumpliendo. El Misionero llevó siempre la persua- sión de la palabra evangélica más en la santidad de su vida y en el ejemplo de sus prodigiosos sacrificios por la salva- cin de las almas, que en el aparato de una ciencia deslum- bradora; ciencia apia, a la verdad, pava ostentarse en un me- dio saturado de cultura intelectual, como fueran Roma y Atenas, pero del todo inútil para ejercerse entre gentes de bien poco cultivada mentalidad, como fueron de ordinario aquellas entre quienes la predicación del Misionero hubo de efectuar sus conquistas. Esta consideración ¡nc trae de la mano al asunto par- ticular a que quiero dedicar la presente conferencia. En la obra de civilizar a Venezuela tuvieron parle muy activa Re- ligiosos de varias Ordenes monásticas, que, haciendo servi- cios de Misioneros, procuraron con los medios que tuvieron a su alcance, ¡'educir al cristianismo ij a las prácticas (le una vida social bien ordenada a las tribus indígenas en toda la extensión de nuestro territorio. ¿Qué eficacia tuvo aquella labor y cuál fallo debe prevalecer en la historia respecto de esa participación de los Misioneros en la formación de nues- tra nacionalidad? Yo he recorrido los escritos de quienes entre nosotros hánse dedicado al estudio de nuestros orígenes, llenando páginas más o menos brillantes con el fruto de sus lucubra- ciones históricas, y encuentro que mientras los unos, con gran acopio de datos y un sentimiento de alta equidad, honran la memoria de aquellos héroes y proclaman sin rebozo haber pertenecido "al elemento evangélico de la conquista pacífica de venezuela, la reducción de las tribus indígenas y la ver - dera creación de la colonia venezolana" (1), los otros juz- gan con el mayor desprecio los esfuerzos del misionero o cuando más, a vueltas de algún elogio bien poco apreciable, reducen a la mínima expresión el valor de su tarea civiliza- dora. Divergencia de criterios que se explica por el afecto (1) Aristides Rojas. Orígenes Venezolanos, vol., 3. p. 88. T. n.—r. 27

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