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MISION DE MARACAIBO.—CAPITULO VII 419 El expediente resultó largo y laborioso, porque el nuevo Director de la Confraternidad de la Purísima, P. Celedonio de Zudaire, presentó otra Memoria documentada, probando con testigos, cómo el P. Justo de Valencia fué quien traba- jó para terminar y habilitar para el culto la referida Capi- lla, con el legado que había dejado en testamento el Presbí- tero don Carlos Corzo, y que la ornamentación había sido realizada con limosnas recogidas por el P. Justo, y el culto diario, sostenido por los religiosos ayudados de la Real Cofradía de la Inmaculada, sin la intervención de los cofrades de Santa Bárbara. Después de. probar que S. M. puede adjudicar la propiedad de dicha Basílica a la expre- sada Confraternidad de la Purísima, reservándose el domi- nio de ella, sin que en esto se haga ningún perjuicio a la Hermandad de Santa Bárbara, ni a los Señores Eclesiásticos, ni a otro alguno que quiera alegar derecho a la dicha Basí- lica, añade (F. C. p. 137): "De este escrito presentado en este Gobierno se infiere clara- mente que no hay Patrono particular de dicha Basílica de Sta Bár- bara, la que tiene de antiguedad unos doscientos años, según pare- ce por las Constituciones de la Cofradía del Sino. Cristo hechas por el litmo. Sr. Dr. Fr. Juan Martínez Manzanillo, Obispo de Caracas, el día seis de Octubre de mil quinientos ochenta y tres, donde en la sexta y décima Constitución hacen mención le la Ermita de Sta. Bárbara, y también en el último párrafo o postdatuni de las citadas Constituciones: que dicha Ermita, o por haberse arruinado por el decurso del tiempo, o porque quisieron hacerla mayor por los años de mil setecientos diez y ocho gobernando esta ciudad y Provincia el Coronel Dn. Francisco de la Rocha Ferrer, se comenzó a reedificar, y se continuó en tiempo de Dn. Guillermo Tomás de Roo, pero no se concluyó sin duda por falta de medies, por lo que para la con- clusión de la fábrica el P. Dn. Carlos Corzo dejó parte de su caudal, con lo que se concluyó, sin que dicho padre ni otro alguno se ha- ya intitulado Patrono de esta Basílica, y así el Patronato es de S. M., quien puede aplicar la propiedad de dicha Basílica sin perjuicio de nadie a la Confraternidad de la Purísima, la que tiene en su favor los méritos siguientes: Por los años de mil setecientos cuarenta y siete en el mes de Julio llegó a esta ciudad el V. P. Fr. Justo de Valencia, Misionero Capuchino devotisimo del Misterio de la Purísima Concepción; es- taba a esta sazón la Ermita de Sta. Bárbara poco más que en sus

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