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MISION DE MARACAIBO.—CAPITULO y 391 Estos valles, sierras y bosques están poblados de varias tribus de indios salvajes de distintas lenguas y costumbres, de muy difícil reducción, pues, apesar de haber pasado ya cuatrocientos años después que llegaron los primeros con- quistadores a sus costas, se hallan aún en estado salvaje. Tales son los Goajiros, Arotomos, Maquaes, Caimas, Motilo- nes, Atiles, Apones y otros más. Lamentamos que los da- tos que hemos podido reunir, referentes a esta Misión, son muy deficientes, y los publicarnos con el fin de que sirvan de base para otros estudios más serios, después, de registrar los archivos de Sevilla y de la Provincia de Navarra. 2. Dividida la Misión de Goajira-Maracaibo por el men- cionado Real Decreto de Fernando VI, en el cual se ordena al Provincial (le Navarra que envíe doce Misioneros, para hacerse cargo del territorio que le correspondía, pronto se organizó la primera expedición, la cual se embarcó el mis- mo año cíe 1749 en el puerto de Pasajes. La componían los Padres Felipe de Cintruénigo, Francisco de Tafalla, Fran- cisco de Alio, León (le Zuazu, Adriano de Los Arcos, José de Espronceda, Francisco de Urroz, Javier de Tafalla, An- drés (le Los Arcos, Fausto de Iturgoyen, José de Autol, y el Hno. Fray Alejandro de Cintruénigo. A los pocos años de su llegada, presentó al Rey el Pre- fecto, P. Andrés de Los Arcos, una exposición, en la cual da cuenta de las dificultades que encontraron en el ejercicio de su ministerio a causa de la indomable ferocidad de los indios Motilones, y pide se les conceda una escolta (1): "Se flor: Fray Andrés de los Arcos, Comisario de la Misión de Capuchinos de Navarra, en la provincia de Maracaibo, puesto a los Reales pies de Y. M. con el mas profundo rendimiento, (lico: Que estimulado del celo de la conversión de los infieles por la mayor gloria de Dios, y ser- vicio de V. M., se ve precisado a exponer ante V. M. algunas reflexio- nes, cuya ejecución podría facilitar la extensión de la fe de Jesucristo en aquella Provincia, que es el único objeto de V. M. y de sus glorio- sos progenitores. (1) Blanco-Azpurúa, Documentos para la Hstoria, t. 1. pág. 458. Este documento no ¿leva fecha, Pero sabemos que ci P. Andrés era Prefecto en 1 7 5 )(3, por consiguiente en ese tiempo presentó la Memoria que precede.