BCCCAP00000000000000000000504

MISION DE MARACAIBO.—CAPITULO IV 877 Por acuerdo del Consejo para que así lo pratique y me avise que- da ejecutado. Dios guarde a V. Ema. muchos años. Madrid, 25 de noviembre de 1774. Mijael de San Martín, secretario". Se ve claramente en este documento que la Misión de Santa Marta quedó en esta fecha desligada del Rmo. P. Co- misario, pues aunque el P. Provincial de Valencia recibía las facultades del Rmo. P. Comisario General, los Misioneros no tenían que entenderse sino con su Provincial, y de aquí el gran impulso que recibió esta Misión, pues con la llegada de los veinte Misioneros pudieron extenderse por todo el valle de Upar hasta el río Magdalena, como veremos después. 3. Con fecha 7 de abril del año 1778, se extendieron dos Reales Cédulas concediendo licencias para que el Padre Visitador General de los Capuchinos, Fr. Miguel de Pamplo- na (1), al pasar a las Misiones de América, pudiera conducir doce religiosos sacerdotes y seis hermanos legos para fun- (1) Nació en Pamplona el año de 1719, siendo sus padres D. Juan González, Gobernador de dicha plaza, y doña Catalina Bascoutt de Grini,marquesa de Borgetto, grande de Parma. A la edad de 14 años comenzó la carrera de las armas, concurriendo en 1733 a la campa ña que sostenía España en Italia. Asistió a muchas acciones de guerra, llegando a ser en 1745 Coronel del Regimiento de Murcia y edecán del Conde de Gajes, General en Jefe del ejército español de Napoles. Fué Conde del Asalto y cruzado del Orden de Calatrava. En 1752 vistió el Hábito Capuchino, en Parma, donde pasó más de 20 años ejercitándose en la humildad, penitencia y oración. Por los años de 1773 debió ser agregado a la Provincia Capuchina de Castilla Y convento de Madrid donde bien pronto se dió a conocer por sus virtudes y talento, mereciendo ser nombrado en 1776 Visitador de las Misiones Capuchinas de Santa Marta y Valle de Upar; llegado a Bogotá gestionó con las autoridades eclesiásticas y civiles la funda- ción del Hospicio de San Felipe y el establecimiento de las Misiones circulares. Al efecto regresó a España, logrando la aprobación del Real Consejo que expidió el 7 de abril de 1778 las dos Reales Cédu- las ya mencionadas. Condujo ese mismo año los 18 Misioneros a su destino y, después de dejarlos instalados en su convento de Bogotá, P-1,06 a Venezuela y visitó en los primeros meses del año 1780 las Misiones de Capuchinos aragoneses de Cumaná, como queda consig- nado en la pág. 108 de este tomo. En 1.782 fué propuesto para Obispo de Arequipa en el Perú, y aunque opuso grandísima resistencia, fu obligado a admitir el cargo, siendo consagrado el año 1783. Distin- guióse por su celo apostólico, humildad evangélica y por su caridad generosija en socorrer a los pobres. En 1786 renunció la Mitre para retirarse a la soledad de su celda del Convento de la Paeieneje de Madrid, donde murió en opinión de santidad el 11 de marzo de 1792.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz