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MISION DE MARACAIBO.—CAPITULO II 361 jo de Indias al Comisario general, que confirman lo que dice el P. Anguiano; la primera dice así (1): "Rmo. P,: En carta de 28 de setiembre próximo pasado, represen- ta V. Rvma. que no es posible se puedan embarcar para Maracaibo, Cu- maná, Guayana y Trinidad los veintiún (21) religiosos que esperan en ese convento, sin que se libre el expediente de entretenimiento, viáti- co, etc., y habiéndose visto en el Consejo de Indias se resolvió estudiar el asunto. Madrid, 11 de octubre de 1700. Manuel Apareguf, secre- tario". La segunda carta, dirigida al mismo Padre, es como sigue: "Rmo. P. Remito a V. Ema. carta para el Marqués de Torres, en que se le ordena disponga con D. Juan Ignacio Croquer para que lleve en su barco los cinco religiosos que hay en esa para las Misiones de Maracaibo. Se están arreglando los despachos para que los ocho de la provincia de Cataluña pasen a Trinidad y Guayana. Madrid, 22 de oc- tubre de 1700. Manuel Aparequi, secretario". A pesar de esta orden terminante del Real Consejo, los cinco religiosos valencianos no salieron de Cádiz hasta el año siguiente de 1701, y los de las otras provrncias tuvieron que volverse a sus conventos. Aprovecharon los Misioneros este tiempo de espera predicando Misiones en las provincias de Andalucía, con el fin de glorificar a Dios y ser útiles a sus prójimos al mismo tiempo que esperaban oportunidad de embarcarse para llegar a su destino. En este ejercicio mu- rió el P. Lorenzo de Alopuzos, con gran pena de no haber logrado su intento de ir a predicar a los indios salvajes de América. 7. Por fin, los otros cuatro tuvieron ocasión de embar- carse en el puerto de Sanlúcar de Barrameda en un navío que hacia su viaje a Cartagena de Indias; pero como el puer- to de Sanlúcar es playa muy peligrosa, empezaron luego a ex- perimentar grandes amarguras y tribulaciones con que Nues- tro Señor quería probarles, porque al pasar la barra encalló el navío en la arena y milagrosamente pudieron evitar el nau- fragio, por lo cual, pasado el peligro, y habiendo descargado cuanto en el buque había, lograron ponerlo en el canal. Un mes se gastó en este accidente, en cargar y descargar, en com- posiciones y nuevos preparativos; se hizo, por fin, a la vela el (1) Signatura 3.561. Documentos 142 y 143.

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