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352 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA dieron noticia al Gobernador de Maracaibo, que lo era enton- ces don Gaspar de Acosta, el cual sin dilación mandó cincuen- ta soldados del castillo a recorrer la sierra para prender y castigar a los agresores. Llegaron los soldados a la estancia donde tan gustosamente habían recibido a Fr. Gregorio, y ha- llaron muy quietos a los indios (le ella, porque no se conside- raban culpables; tornaron (le ellos informes por medio de in- térpretes que llevaban, y de todo dieron razón detallada, mos- trándoles el árbol donde había sido atado y lanceado el reli- gioso, la hoguera donde había sido asado y cocido su cuerpo. Tomaron guías los soldados de entre aquellos indios, y empe- zaron a recorrer las montañas, donde encontraron muchos de los culpables. Sucedió el martirio (le Fr. Gregorio el 13 de setiembre de 1694. Los indios culpables que se pudieron prender fueron castigados unos con pena capital, y los otros quedaron al servicio de la ciudad de Maracaibo. Su ejemplo - termina el P. Anguiano - fué maravilloso en todas partes, de caridad ardiente; pues siendo sólo herma- no lego, redujo/os indios Tomuces, gente bárbara, que vivían cerca de Caracas, y eran el terror de la ciudad u sus contor- nos, cometiendo cada día atrocidades, robos, muertes e incen- dios. Dios premió su gran celo y los muchos trabajos que pa- deció por su amor, logrando ganarlos a todos y reduciéndolos a dos numerosas poblaciones, donde los doctrinó e hizo cris- tianos. 8. Una carta del Ilmo. Sr. Obispo de Caracas al Rmo. P. Comisario (le las Misiones, viene a confirmar la primera parte del relato del P. Anguiano respecto al viaje de los tres Misioneros a Maracaibo. Es como sigue (1) "Rmo. P. Comisario General de las Misiones de Capuchinos en Ve- nezuela.—Hmo. Padre: En contestación a su última carta, debo de- cirle que en esta Misión de Los Llanos sólo quedan trece Padres, de los cuales siete están impedidos por los muchos años que tienen y los achaques, y de los seis restantes se presume que los valencianos pa- sarán a las nuevas Misiones de Santa Marta y Maracaibo, pues ya se han ido tres a Maracaibo, que es de mi Obispado, para dar principio a dicha Misión. (1) Biblioteca Nacional de Madrid. Signatura 3.561. D. 104.

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