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348 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA porque no se malograra tan ventajoso fruto, y reconociendo por otra parte que el temor de los indios era grave y justifi- cado, entraron en acuerdo para discurrir ci medio más conve- niente a fin de aplacar los ánimos opuestos de los indios de las dos naciones y establecer entre ellos una firme y segura amistad. Comunicaron con Dios este negocio por medio de la ora- ción, pidiéndole luz y acierto para su mejor ejecución, y al fin determinaron "que fuese uno de los tres Misioneros a ex- plorar el ánimo de los indios Cayones, y los otros dos se que- dasen con los Arotornos, prosiguiendo la nueva población". Bien conocieron todos tres ser muy ardua y peligrosa em- presa; pero acordáronse de que su ministerio está siempre vinculado a continuos trabajos y peligros de muerte, y de la caridad ardentísima y abnegación de Nuestro Señor Jesucris- to, el cual dijo a sus discípulos cuando los mandó a predicar por todo el mundo su Evangelio: Os mando como mansos cor- deros en medio de lobos fieros. Los tres Misioneros se ofrecieron a ejecutar la resolución tomada con prontitud de ánimo, resignada voluntad y humil- de abandono en las manos de Dios, y a las disposiciones de sus compañeros, viendo que era preciso tomar alguna provi- dencia para conjurar el peligro que les amenazaba, y que no había otro medio para conservar tantas almas redimidas co- mo tenían allí pobladas, deseosas de recib'ir cuanto antes el sacramento del Bautismo. Como los tres querían hacerse cargo de la arriesgada jor- nada, resolvieron echar suertes; y habiéndola repetido por tres 'veces, todas tres tocó al hermano lego Fr. Gregorio de lb¡, entendiendo así que era el elegido de Dios para esta em- presa; aceptándola el hermano lego, con grandes muestras de alegría, dió gracias a Dios por tan insigne favor. S. Señalado Fr. Gregorio para tan difícil y atrevida em- presa, se previno con los Santos Sacramentos de la Confesión y Comunión, y tomando la bendición de sus compañeros, al darles el último abrazo de despedida, les pronosticó su muer- te, y les dijo: Si antes de 4 días volviese solo este perrito que llevo por compañero, y que yo crié desde pequeño, ténganme Y