BCCCAP00000000000000000000504

318 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Desde el principio de la guerra de la independencia, los capu- chinos rechazaban toda invasión guerrera en las Misiones, y tomaban enérgicas providencias alertando a los indios, abasteciendo las tropas del Rey de cuanto necesitaban y contribuyendo con caballos, víveres u utensilios de todas clases a su sostenimiento. Eran realistas exage- rados y odiaban la República, tanto porque hacían la guerra civil al Monarca, cuanto porque la creían hija de la Revolución francesa. Al llegar Piar, era el Prefecto el Padre Fulgencio de Barcelona, y ocupa- ban los puestos de Conjueces los Padres Francisco de Ogana y Miguel de Olot. Todos huyeron despavoridos abandonando cuanto tenían. Los indios celebraron con júbilo la libertad de un yugo que odiaban, y festejaron el ejército invasor con danzas de tocotinis y todo género de demostraciones, y desde luego se hicieron partidarios decididos de la República. Piar comprende cuán temibles enemigos son los capuchinos, y bien pronto comenzó a reprimirlos. El 9 de marzo comisiono a Francisco Muñoz para recoger los ca- ballos, mulas e intereses de los misioneros y parte Ignacio Ibarra a embargarles los bienes que tenían en la Misión de Barceloneta. Se en- carga Luis Lezama del puesto de Justicia mayor de Upata, y van co- misionados a Altagracia, Tupapuy, Santa María, San Antonio, Puedpa, Santa Clara, San Serafín y San Pedro, a tiempo que sale el alférez Or- ta con un piquete de caballería en persecución de los capuchinos que se fugaron al interior. Era urgente su captura porque el Jefe rea- lista Ramos apareció en Puedpa y era de temerse el influjo de los Pa- dres en favor del enemigo. Oria los sorprendió el once,, pasando el río Curuni, veinte kilómetros antes de llegar a Guasipali: tratan de de- fenderse, lo que no da otro resultado que la herida leve del Padre Do- mingo de San Hipólito, y la captura de ocho religiosos, otras tantas cargas de ropa, quince fusiles, pólvora, dinero y 32 indios que los acompañaban. Con todo esto regresa Orto al Cuartel general, y dejando en la Pastora los sacerdotes, entregó a Piar el resto de su cap- turo el 19 de febrero. El 25 sale de Upata el mayor Alonso Uzcátegai a buscar a los ca- puchinos que quedaron en la Pastora y para el 28 llegaron al Cuartel general tres frailes más capturados en el Palmar. El 27 puso Piar las Misiones al cargo del presbítero José Félix- Blanco, y de acuerdo con él se resolvió que todos los capuchinos fue- ran conducidos junto con los presos españoles y portugueses que ha- bla allí, al Convento de Caruachi, donde estaban mejor custodiados. Al efecto se destinaron cincuenta hombres de infantería y caballería al mando del teniente coronel Ucros, para guarnecer dicho pueblo. A consecuencia de estas disposiciones el mismo 28 salieron para Ca- ruachi los 3 capuchinos llegados, y fué custodiándolos el teniente Va-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz