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314 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Por ser un asunto sumamente delicado para nosotros el tratar de la muerte de los Misioneros del Caroni, cedernos la palabra al eminente escritor venezolano D. Antonio Y. Pi- cón, el cual escribió el año 1897 un folleto sobre este asunto titulado "El Gran Pecado de Venezuela", y después de enume- rar, como prenotando, el catálogo de guerras civiles y demás calamidades que azotaron este país desde su emancipación de la madre patria, dice así (1) "A la vista de ese cuadro que acabamos de delinear tan imperfec- tamente, venimos tiempo ha pensando en la causa de tantas y tan constantes desgracias y tratando de averiguar qué pecado habrá co- metido Venezuela para ser así tan larga y duramente castigada.. Pensábamos tristemente en eso y nos afanábamos por encontrar solu- ción al difícil problema que se había fijado de manera indeleble en nuestra mente, cuando la ocupación de los ingleses de parte conside- rable de nuestra rica Guayana y los avances repetidos de su insacia- ble voracidad, nos hicieron dirigir la mirada al Oriente de la Patria y allí, como señalada con el dedo de la Providencia, vimos escrita con letras de fuego y de sangre la causa de nuestras desgracias, el gran pecado de Venezuela, que venimos pagando y por el que no cesaremos de padecer hasta que lo confesemos y hagamos solemne reparación de nuestra gran faltal. . . . En efecto, allá, en esa rica y hermosa porción de nuestro terri- torio, se cometió un crimen el más bárbaro y espantoso; crimen es- téril y sin causa alguna que lo justificara o atenuara siquiera, crimen que hasta hoy ha quedado sin castigo y sigue clamando venganza al cielo. .. Allá, en la orilla de un no cerca de Caruachi el 7 de mayo de 1817, fueron inhumana, ignominiosa y bárbaramente asesinados diez y ocho misioneros capuchinos y dos enfermeros, y " QUEMARON LOS CADAVERES Y ARROJARON AL AGUA LOS RESTOS CALCINA- DOS". .. (2). Los restantes, hasta 41, que formaban las misiones, habían pere- cido de viruelas o a consecuencia del mal trato que tuvieron en las prisiones y muy pocos se salvaron con la fuga.... Crimen inaudito y a todas luces injustificable por más que se pretenda excusarlo con la circunstancia de que los misioneros eran partidarios de España, pues (1) El Gran Pecado de Veneruela, disertación histórica, política U religiosa, por don Antonio Y. Picón, pág. 53 y sigs.—Maracaibo, 1898. (2) Conservamos como reliquia muy preciosa uno de los Cru- cifijos que acostumbraban llevar consigo los Capuchinos asesinados; es de bronce con cruz de madera fuerte, redonda, pintada de negro. Fué regalado a nuestro padre, que llegó a Ciudad Bolívar en febrero de 1819, por el Coronel A.lonzo Uzcátegui que figura en esta relación.

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