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MISION DE GUAYANA.—CAPITULO XI $09 tonomía con que obraban estas autoridades respecto al Go- bernador era indispensable para la reducción de los indios, pues su fiereza salvaje ño podía sufrir al principio la autori- dad de los conquistadores, a quienes tenían un odio secular; por eso los miembros del Real Consejo, que habían compren- dido esta verdad, dieron órdenes terminantes en este sentido para facilitar la reducción de los indios y evitarlas fugas. El acto de entregar el bastón de mando a los que habían sido elegidos para desempeñar algún cargo, se celebraba con mucha solemnidad, y el Misionero les hacía comprender que aquella distinción y dignidad que se les dispensaba era para el bien de la población y no para provecho suyo o de su fami- lia; por consiguiente, que debían ejercer su autoridad en be- neficio de todos. Una de las obligaciones que tenían las autoridades, ade- más de conservar el orden, era disponer y vigilar el trabajo, puesto que era éste obligatorio para todos, según las leyes de Indias (1), que mandaban "que todos los indios que están en condiciones de hacerlo trabajen, ya sea en sus propias la- branzas, ya en la de común de la Misión". - El trabajo se dis- tribuía según las aptitudes (le cada uno y el oficio que habían aprendido, pues ya hemos dicho que había algunas industrias en las Misiones y varios oficios, en los cuales se ocupaban al- gunos indios. Los señores Baralt-Díaz y Codazzi, siguiendo las insinua- ciones del naturalista alemán Humboldt, que visitó personal- mente las Misiones el primer año del siglo XIX, después de hacer grandes elogios de la organización y riqueza de las Mi- siones, se rebelan contra la omnímoda autoridad de los Misioneros, y la llaman régimen monacal y auto- cracia de los frailes, sin pensar que en los principios de cada Misión no puede ser de otra manera, y que ese régimen es pa- sajero, hasta tanto que los indios estén bien formados y en condiciones para entrar en la legislación común; entonces se entregan al Ordinario para que nombre su Párroco, y el Go- bernador pone un Corregidor que los gobierne. (1) Ley IX, titulo 19, libro Vi. T. n.—n. 20

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