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lISION DE GUAYANA.—CAPITULO XI 303 ellos han muerto veintitrés, unos sacrificados por los indios, otros en fuerza de trabajos y privaciones; algunos regresaron inútiles a España y sólo quedaron cuatro resuellos a vencer o morir. Muchos años de trabajos costó a los Misioneros Catala- nes, sin tener en cuenta lo que habían hecho otras órdenes religiosas y toda la nación española, el quebrantar la tenaci- dad de los indios caribes, y cristianizar las diversas tribus y naciones indígenas, que poblaban las riberas del Orinoco y toda la región de Guayana. Dos fueron los principales obstáculos con que tropezaron nuestros Misioneros y los conquistadores. Fué el primero la resistencia y ferocidad de los indios caribes, y el segundo la pobreza del país y la escasez de recursos para la subsistencia. La resistencia de aquella raza indómita se había ido que- brantando en más de doscientos años (le luchas casi continuas, y cuando llegó el Padre Benito con sus compañeros en 1724, los indios Cabres del no Cuchivero habían destrozado a los feroces Caribes. Tenían que vencer los Misioneros el otro enemigo que había hecho fracasar todos los anteriores proyectos de con- quista, y era la pobreza de la egión Guayanesa en las costas del Orinoco, terrenos en su mayor parte arenosos y pedrega- les estériles, por consiguiente, para las labranzas y crías de ga- nado. 2. Pronto se dieron cuenta los avisados Misioneros de lo critico de su situación, comprendiendo que si no obraban con actividad, la miseria abatiría sus ánimos y correrían la misma suerte que las anteriores expediciones, obligados a retirarse o perecer. Y mientras que el P. Benito de Moya se internaba con algunos soldados para reconocer aquellos inexplorados bosques, el P. Tomás de Santa Eugenia cruza el Orinoco, em- prende largo y peligroso viaje a través de los llanos, desde las bocas del caroní hasta las Misiones de Cumaná y Piritu, sin más guía que la brújula, teniendo que cruzar; además del Orinoco, varios ríos caudalosos, logrando, como premio de su valor y sacrificio, reunir hasta cien vacas que le dieron de U-