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MTSTON DE GUAYANA—CAPITULO X 291 por su Alteza, se proveyeren o erijan en curatos, conforme a las le- yes del Real Patronato, o antes si, fuere conveniente, según lo que exigiere su estado, conforme a la representación. En orden al pago (le sínodos que se mandaron poner corrientes a los Religiosos desde el día en que se recibiese en esta capital la Real cédula, no ha podido tener efecto en todo ni en parte, por el motivo de la falta de caudales de aquellas cajas, que se hallan en el día con gravísimos empeños y deudas, según lo manifiesta vuestro gobernador e intendente, expresando haber pedido a esas cajas generales un soca- rro de cien mil pesos, que seguramente no podrían franquearle por no tener los suficientes para atender a sus órdenes, en cuyo concepto, y en haberse comunicado a la superintendencia la citada Real cédula, le parece se debiera prevenir al P. Procurador, Fr. Félix de Tarrago- na, acuda allí a representar lo que convenga, en cuanto al cobro de sínodos y que se pase este expediente al Rlator para que, dada cuen- ta de él, se sirva vuestra Alteza providenciar. Caracas, 19 de junio de 1801. Dese cuenta al Relator. Así lo decretan los señores procuradores y oidores, y rubrican—El regente interino, oidor y corregidor, Aris- tigueta, Gregorio Alvarez y RodiL—El mismo día lo participé al fiscal y el tres de los dichos se pasaron al Relator. Caracas, 17 de agosto de 1801. Presentada la cuenta general por el Sindico de los Capuchinos Misioneros de la provincia de Guayana, del producto de los hatos en cada año, y de los gastos de ellos, de las Misiones y Misioneros, con a- rreglo al libro que debe tener dicho Síndico' de entradas y salidas, y revisadas las expresadas cuentas por el Gobernador de la enunciada provincia de Guayana, para cuyo efecto se librará la Real provisión correspondiente, con sus resultas para este expediente. Vuélvase a dar cuenta. Así lo proveyeron los señores presidente, regente y oidores, y rubricaron. El regente, López-Quintana; oidor y corregidor, Aristi- gueta,—Relator, licenciado I3allina.—El 19 de dichos se pasó a la Re- latora este expediente y el mismo (Un lo participé al fiscal". 3. De la atenta lectura de los precedentes documentos, se comprende claramente que el señor Ynciarte no se enten- día con el Prefecto de las Misiones del Caroní; pretendía a- quel señor apoderarse del Gobierno de las Misiones para dis- poner a su antojo de los pobres indios de Guayana, y de sus hatos de ganado. El Prefecto, como era su deber, defendía los derechos de los indígenas reducidos por los Misioneros, y que estaban bajo su protección; fiié el nuevo Gobernador de Gua- yana, coronel don José Felipe de Ynciarte, quien rompió las

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