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242 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA necesario que las nuevas poblaciones que se funden sean mixtas, de españoles que no faltarán si se pueblan junto con ellos los indios para organizar las haciendas e industrias, pues hay mucha escasez de brazos, y si los indios no trabajan es imposible explotar la riqueza del país. Se ha visto por experiencia que las regiones y provincias donde no hubo escrúpulo en juntar los indios con los espa- ñoles han prosperado muchísimo (1), y, al contrario, vemos en otras de buenas tierras que, por una nimia observancia de no permitir que se establezcan españoles en pueblos de in- dios, ni éstos con los españoles, se hallan unos y otros en la miseria, porque los españoles, faltos de brazos para hacer valer sus industrias, perecen de pobreza, y los indios, sin el trato y ejemplo y comercio con los españoles, se mantienen retirados en sus pueblos, casi desnudos y bárbaros e inútiles para el Estado. Por estos eficaces medios y la probidad en el gobierno de todos, se ha conseguido en mi tiempo encontrar esta provin- cia con treinta y dos poblaciones de indios y españoles, con más de 8.262 almas, que cultivan 1.407 fanegas de tierra y tie- nen 29.787 cabezas de ganado, como manifiesta el adjunto estado, con muchas casas y edificios de mampostería que ja- más se habían conocido en el país (2). Tengo ya algunos españoles e indios poblados en Paragua y Erevato, con el fin de facilitar la comunicación por tierra de esta capital al Alto Orinoco y Río-Negro, y la importante conquista de la laguna de Parima está empezada y la consi- dero de grande trascendencia, así para contener a los portu- gueses que van avanzando, como para la reducción de aque- llos indios. Termina el informe el señor Centurión pidiendo a Su Majestad el Rey que libre por espacio de diez años la cantidad (1) Este sistema mixto de colonización que preconiza el Gober- nador Centurión, en teoría parece el mejor, pues es evidente que el indio al lado del español aprende todo más pronto y con menor es- fuerzo; pero en la práctica no dió resultado, como veremos luego, en estos mismos pueblos fundados por Centurión, pues los hacendados abusaban de los indios, y éstos se volvieron a los montes. (2) En este número de poblaciones fundadas incluye las de los Religiosos Misioneros, aunque no los nombra.