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236 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Que se ciña el Fonio de Limones con un emplanchado, nueve pies distante, que cale cuatro pies más que sus cimientos, y que se le saque el terraplen que tiene, dejándosele de dos pies y medio más alto a- briéndole troneras para la artillería. Que se le pongan portas, cu- briendo todo el Fortin con una azotea por la banqueta de su parape- to dejándole una claravoya para la comunicación con los centinelas. Que luego se artille con cuatro cañones; dos (le a 8, que defiendan las avenidas por el agua, y dos de a 4 las (le tierra, montando en la citada azotea 4 pedreros sobre fragantes; que la piedra que se saque del For- tin se deje a su pie y se defienda con piedra perdida la punta oriental del caño de Limones. Que haga usted hacer dos lanchas corsarias, para que la una sirva a la guarnición de los Fuertes y la otra esté a la angostura citada. Que ínterin se ejecutan los expresados trabajos, cuyos costos de- ben salir del ramo que da para Fábrica del fortín de Limones, separe Ud. la ciudad a la márgen meridional de la angostura, y desde luego haga conducir todos los ganados, y que se les den pastos de allí arri- ba. Que no permita Ud. hacer nuevas sementeras de víveres en las márgenes de Orinoco de la angostura abajo, y que al mismo tiempo se retire el pueblo de Yndios de Suay con todos sus ganados, luego que las obras de los Fuertes estén concluidas, yendo a residir en la angos- tura, la que hará Ud. cerrar con una batería que pondrá en la parte que llaman de San Felipe, y en la punta oriental de una loma que hace espaldas, disponiendo Ud. que se haga una casa fuerte que sirva de cuartel y defienda las espaldas (le la población y la batería, aten- diéndose desde alli a la guarnición de los fuertes, y que se embarace la internación de extranjeros, y que se protejan las Misiones de Ca- puchinos de Guayana y San Fernando (le Atavapu, las Franciscanas observantes de la parte oriental de Orinoco, las de los Jesuitas de él y de Meta, y las de los Dominicos de Barinas, dándoles las escoltas necesarias. Considerándose que las ocupaciones y gastos de trasmigración de los guayanos será causa de que mucho tiempo estén sin Iglesia, les ha concedido Su Majestad cuatro mil pesos para su fábrica, y a este efec- to se ha expedido la orden correspondiente al Virey de Santa Fé. A la actual tropa de la dotación de los fuertes de Guayana, que es de cien hombres, se han de unir los setenta y tres de las escoltas de Misiones de los Jesuitas de Orinoco y Dominicos de Barinas. Los veinte y cinco del fortín de Limones y cincuenta y (los que se mandan al Gobernador de Cumaná, destine inmediatamente de los que compo- nen la guarnición del Castillo de Araya (mandado deshacer) a quien se le advierte igualmente aumente al citado número el sobrante que residue de la expresada tropa, cumplido lo que para otros objetos se ha aplicado, debiendo Ud. con esta gente formar dos compañías con us correspondientes oficiales.