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MISION DE GUAYANA.—CAPITULO VII 233 mucho más si, como lo pretende la Comunidad, librase Su Majestad igual limosna que a los Misioneros a seis u ocho hermanos legos que fuesen de oficio carpinteros, albañiles, herreros y tejedores, para que en estas artes impusieran a los indios, especialmente en el de tejedores con lo que se aprovecharían y vestirían del mucho algodón que allí se coge y benefician poco en la fábrica de hamacas que saben hacer di- chos indios, aunque a costa de mucho trabajo y tiempo por falta de Instrumentos. Estas Misiones son importantísimas al servicio de Dios y del Rey, pues además del bien espiritual que consiguen los naturales, sirven de resguardo al presidio de Guayana, a quien también proveen de ví- veres y de antemural a los holandeses, quienes procuran, por cuantos medios pueden, situarse en el interior de esta provincia y bocas del Orinoco, llave de estos vastos dominios, sobre cuyo asunto se hacen los correspondientes informes a Su Majestad". 5. Hacia mucho tiempo que se venia pensando en el tras- lado de la población de Santo Tomás de Guayana a la parte más angosta del Orinoco (34 leguas más arriba), con el fin de hacer más fácil la defensa del gran río, y lograr un sitio más sano para sus moradores; pero se tropezaba con grandes dificultades, primero porque las Misiones de los Capuchinos quedaban expuestas a las frecuentes invasiones de los corsa- rios, y después por la escasez de recursos para edificar una ciudad con sus fuertes de defensa. Por fin, el año 1760, cuan- do se disolvió la aparatosa Comisión de Límites con el Bra- sil, D. José Solano, cuarto perito de ella, se trasladó a Ma- drid y persuadió al Real Consejo de Indias la conveniencia de realizar cuanto antes la traslación de dicha ciudad de Gua- yana a la angostura del Orinoco, y reforzar los castillos de la ciudad antigua para defensa de las Misiones; recomendando al mismo tiempo que se constituyera una Comandancia sepa- rada de todo aquel territorio, dependiente del Virreinato de Bogotá, proponiendo como candidato para Comandante y e- jecutor de la empresa al Teniente Coronel D. Joaquín Mo- reno de Mendoza, que a la sazón era Jefe de Armas en el puerto de La Guaira, al cual se le extendió el siguiente ti- tulo (1). Don Carlos &'—Por cuanto considerando la importancia de poner sobre otro pié el Gobierno de la Provincia de Guayana así para la ma- yor custodia de ellas y las internas de Quito y Santa Fé, por la in- (1) Cuervo, t. III, pág. 233 y sigs.

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