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232 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA los casabes sobrantes en ellos, los que remiten al pueblo de Guayana en donde se consumen, y con su importe proveen de ropas al pueblo de donde sacan dichos casabes, cuyo arbitrio no hay con los más distantes del dicho presidio por la ninguna utilidad que queda con el mayor coste de conducción. Los indios de estos cinco pueblos están muy bien instruidos en la doctrina cristiana y bastantemente inteli- gentes en el idioma castellano; muchos de ellos impuestos en la mú- sica a que con arreglo tocan varios instrumentos con habilidad más que de indios; éstos son destinados al servicio de la iglesia, en donde solemnizan las funciones con edificación. Y en fin, están todas estas Misiones propiamente establecidas y gobernadas con muy particular armonía, economía y educación, por lo que en la Visita de ellas nada hubo que notar que no fuese muy loable, motivo por el que, en nom- bre del Rey, nuestro señor, dió el gobernador las gracias a la comu- nidad, persuadiéndola a la continuación en tan santo ministerio, como consta de la tercera pieza de Autos de Visita de dichas Misiones. Religiosos existentes al tiempo de la Visita.—Los religiosos exis- tentes al tiempo de la visita son quince, incluso un hermano lego que sirve de enfermero, cortisimo número de sujetos para lo mucho que tienen que trabajar, así en el cuidado de los pueblos, como en la con- quista y nuevos establecimientos. Limosna asignada a cada Misionero,—A cada religioso Misionero tiene S. M. asignados, por vía de limosna, ciento cincuenta pesos al año, librados en las Reales Cajas de Caracas, las que deben a la comu- nidad treinta y dos mil pesos (1), según la certificación dada por el Pre- fecto de ella, que se halla en dicha tercera pieza de Autos, por cuyo atraso de limosnas han padecido y padecen los religiosos extremas necesidades. 4. Hato de ganado mayor que poseen las Misiones.—Por la cita- da certificación consta tener el hato de la Comunidad de catorce a diez y seis mil reses de ganado vacuno, con el que mantienen los pueblos y Misioneros en ellos. Dicho hato de ganado lo han ido situando a proporción del terreno que han ido ganando, y en el día se halla en la Misión de Guarimdna, cuyas campiñas y cercanías son abun- dantisimas de yerbas y aguas y de temperamento fresco, motivos por- que se multiplica el ganado increíblemente. Lo mucho que convendrá que sea auxiliada esta Misión como se expone.—Si Su Majestad se dignase asignar la limosna de los Misione- ros en otras cajas donde sea más efectiva y suficiente a mantener veinticinco o treinta religiosos, proveer esta Misión de las campanas y ornamentos que previene la ley, y una escolta de veinticinco o trein- ta hombres, en muy pocos años se reconocerán grandes aumentos, y (1) Nos parece algo exagerada esta cifra, pues parece duro que pasaran tantos años los Misioneros sin recibir ninguna de las sub- venciones señaladas.

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