BCCCAP00000000000000000000504

MISION DE CUMANA,—CAPITULO 1 23 Convencidos de que nada podían hacer con los indios, determinaron predicar Misiones en las poblaciones de españo- les que tenía la provincia: Cumanacoa, Cumaná, Cariaco, Barcelona y Cumanagotos, quedándose siempre en la residen- cia de Cumanacoa el P. Frías, Al saber el clero y fieles de Caracas los copiosos frutos obtenidos por la predicación de los Misioneros Capuchinos, mandaron u na comisión para pedirles con instancia que vi- nieran a predicar a Caracas, en cuya Catedral dieron una fa- mosa misión; fué tal el entusiasmo que logró despertar en to- das las clases sociales que resolvieron los dos Cabildos, ecle- siástico y civil, escribir a su Majestad, pidiéndole Misioneros Capuchinos para la reducción de los indios de Los Llanos de Caracas. El Real Consejo acogió con agrado esta petición y expi- dió ci 21 de mayo de 1658 una Cédula dirigida al Conde de Villaumbrosa, ordenándole que se embarcaran en el primer navío otros seis religiosos, los cuales se unieron al P. Cara- bantes y a sus dos compañeros el mismo año de 1658; y niien- tras los unos se dedicaron a dar misiones en todas las ciuda- des, villas y aldeas de la provincia de Caracas, emprendieron los otros el camino de Los Llanos para dar principio a la re- ducción de los indios. Y, como al poco tiempo fundaron las dos primeras Misio- nes de Tucuragua y Acarigua, seguimos nuestro estudio refi- riendo las Misiones de Los Llanos de Caracas, a pesar de ha- ber llegado un año antes los Misioneros para la provincia de Cumaná. Mientras los PP. Carabantes y Tauste predicaban en las villas y poblaciones de Cumaná y Caracas, se unieron al P. Frías en su residencia de Cumanacoa el P. Lorenzo de Bel- monte y el hermano Fr. Miguel de Torres; pues el P. Lorenzo de Magallón, Prefecto de la Misión, que vino con estos, pasó a Caracas, y cuando al año siguiente llegó la expedición de los Padres, mandó a Cumaná al P. Pedro de Berja; por lo tanto, tuvo principio esta Misión de Cumaná con tres sacerdotes y un hermano lego. 2. Aunque el P. Agustín de Frías llevaba algún tiempo en la residencia de Cumanacoa, sin embargo el primero que

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz