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226 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Asimismo crían algunas gallinas que viven con ellos, y tan po- cas, que se quedan sin gallinero, si venden cuatro. En algunos pue- blos se trabajan cabuyas y cuerdas, que tienen muchos usos, de cura- guate, que es una especie de pita mejor que el cáñamo de España, y tan buena como el lino. Hay otra especie que se llama cocuiza, que icaciones pero que no es tan fina como la pri- tiene las mismas apl los indios y venden como se les mera, y unas y otras las tuercen $o mandarlas hacer, Y presenta ocasión, pero por lo re gular es preci cuestan a dos y tres reales cada una. En la Misión del hato, como hay abundancia de cerda, tejen los indios algunas cabuyas de este pelo, que son estimadas para cabestros de caballos, y así de esto, como de lo que les sobra de sus labranzas, comercian con los blancos cuando se presenta la ocasión; la continua pereza que reina en esta nación hace que todo lo referido sea muy caro, pues no lo trabajan si no lo piden, y eso con mil trabajo&. Los indios (le Suay, AmarUCa, CarOní y algunos de otras MisiO- nes, comercian con la manteca de tortuga ) que van a sacar del Orino- co en la luna de marzo, y vuelven con copiosa cosecha, que después ie sirve también de co- venden a cuatro reales el frasco. Esta espec ercio a los individuos acogidos a las Misiones rescatan a los indios, , y aun a algunos Pa- m dres, que en el acto de la cosecha la comPra1 o y después entre año cuesta ocho reales el frasco. GASTOS QUE SALEN DE LA MASA COMUN DE LOS PADRES 6. Supuesto que es muy mal cobrada la Real asignación de cien- to cincuenta pesos que los Padres tienen en la Provincia de Caracas por cada religioso, sale de las antecedentes gran ieriaS del común todo el gasto que hace esta comunidad, en el número hoy de veintidós indi viduoS. Las cosas más esenciales de que necesitan y se reparten por partes iguales entre todos los religioSos, como se dijo en el modo de vivir, son de considerable dispendio, y las han de comprar caras y de muy lejos, o se han de proveer de las más furtivamente, de los extran- jeros, cuando se presenta la ocasión. El ningún comercio que esta Pa- provincia tiene con otras de los dominios del Rey, hace que los Pa- dres envíen e xpresamente a buscar su vestuario y demás útiles para la vida que no fructifican SUS Misiones, al puerto de Cumaná O a La Guaira, que ambas están muy distantes, siendo por tanto de mayor coste las especies y preciso el pagarlas en dinero contante; con los extra njeros se remedian a cambio de SUS mulas y otras cosas, de ha- rina para las misas, algunos lienzos Y listados, hachas, machetes y aba- lorios, que salen más baratos que en España; pero el vino para cele- brar y socorrerse en las e nfermedades, el aceite de Castilla, los ador- nos de la iglesia, paños o estameñas para hábitos, cacao y libros de que se proveen en común, han de venir o de Europa o de los asigna-

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