BCCCAP00000000000000000000504

224 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Los dos trapiches que muelen en el Cacagual, rinden el melado y aguardientes que se consumen en las Misiones para los Padres, y de- más cosas que se anotaron en ci modo económico de vivir y pudie- ran practicar con las referidas especies una copiosa granjería ven- diendo el aguardiente en Guayana, donde es mucho el consumo, pero ni me consta ni he podido averiguar tal cosa, y desde luego no sale la utilidad de las Misiones, pues los comandantes de Guayana tienen buen cuidado de que sólo se venda en el estanco, pues como le tienen en cabeza de un tercero, procuran que esté bien provisto de aguardien- te extranjero. Las labranzas del común, que quedan anotadas en el modo econó- mico de vivir, dan el beneficio de que los Padres tengan todo el pan que necesitan para ellos, sus sirvientes, mayordomos y demás agrega- dos, y el resto se vende como granjería a beneficio del común, pues su importe entra en poder del religioso Procurador, como dicho está; el precio de este pan de yuca es el de seis reales la arroba, y juntas las sobras de las labranzas de los Padres en cada pueblo, un año con otro entra en caja del común el valor de ciento y cincuenta cargas de casabe, que si se vende en las propias Misiones es a dos pesos, y si en Guayana a tres por razón del transporte que cuesta ocho reales, como se ha explicado en el capítulo de la Yegüera, bien entendido que el que se vende en los pueblos no deja de producir el respectivo beneficio a razón de tres, Pues el que lo compra paga ci transporte, si no tiene caballería propia. Asimismo entra en la Masa común el producto del sueldo y sub- venciones del curato de Guayana, que sirve un religioso en los tér- minos que queda dicho, el cual para lo económico de los Padres es mantenido por el común de todo lo necesario que se distribuye a los demás religiosos; el sueldo como Capellán es corto, al igual de una plaza de soldado, que son ciento diez pesos al año, pero efectivo, por- que se cobra del situado que viene a la tropa de Santa Fé; las subven- ciones pudieran pasar de doscientos pesos, pero como el país es infe- liz y sus vecinos pobres desdichados, creo que apenas la mitad, y el resto queda en deuda incobrable. GRANJEBIAS A BENEFICIO DEL PARTICULAR DE LOS PADRES 4. Dejando separadamente la limosna de la Misa, que en esta provincia vale cuatro reales, se reducen las cosechas propias de los Padres al arroz, maíz, tabaco, pollería y algún casabe. Las dos pri- meras, después de dejar el beneficio de abastecer la despensa para el consumo del año, el resto se beneficia con lo demás, como peculiar granjería, bien por su propia mano en las Misiones o por las del Pro- curador o sindico, que son de los bienes de que dispone como cas- trenses a beneficio propio, según queda prevenido en el segundo ra-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz