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214 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA la defensa de los Caribes, junto con los pedreros, si hay quien los maneje, pues que el ruido de éstos pone terror a los in- dios, y no se atreven a llegar al pueblo, ni mucho menos a la estacada que defiende el torreón, donde se guarecen las mu- jeres y los niños y aun los indios, si las fuerzas enemigas son superiores o no dan lugar para ponerse a la defensa con ¿us flechas. El 15 de mayo de 1765 llegó la séptima Misión a Santo Tomás tic Guayana, compuesta de once Misioneros, entre los cuales vinieron dos Hermanos legos, de quienes dice el Prefec- to de la Misión al Provincial de Cataluña el 20 de junio: Sólo el haberme mandado dos religiosos legos, tejedor y car- pintero, sin haberlos pedido, nos ha maravillado algún poco, porque en esta provincia abundan los tejedores y carpinte- ros; en las más de las Misiones hay telares, hasta el punto de que los religiosos vamos vestidos de bayetas o paños tejidos aquí, y los indios, de algodón, que ellos mismos hilan 7 tejen. Los dos religiosos quedaron muy afligidos cuando supieron que no los necesitábamos; pero los consolé ofreciéndoles que haría una oficina común donde se fabricaría nuestro sayal y telas de algodón para vestir nuestros vaqueros del hato y bos negros del Cacagual: "Los Misioneros fundaron en 1762 la vi- lla de Upata con diez familias canarias, y en 69 se comenzó a construir el fuerte de I-Iipoqui por disposición del Gobernador Centurión, armado con seis cañones, y ayudado eficazmente por los Capuchinos que querían avanzar sus conquistas sobre el río Para gua. Este fuerte se convirtió luego en el pueblo es- pañol de Barceloneta". Por la lectura de las precedentes noticias vemos el gran- dísimo progreso de las Misiones del Caroní, a pesar de las di- ficultades que tenían que vencer a causa de la pereza e incons- tancia de los indios Caribes; sin embargo, tenían, además del hato de ganado, las ricas labranzas que les producían toda clase de frutos, no sólo para llenar sus necesidades, sino tam- bién para surtir la plaza de Guayana, y aun exportar. Te- nían, además, todas las industrias necesarias para el fomento de las nacientes poblaciones.

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