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MISION DE GUAYANA.—CAPITULO y 207 No encontraron ni rastro siquiera de las antiguas Misio- nes, y viendo tan copiosa mies de indios gentiles, determina- ron empezar otra nueva fundación de Misiones, fiados en la Divina Providencia y en el católico celo de S. Majesiad. Y pasando un año con muchos trabajos, (le enfermedades y muerte de uno de los Misioneros, conocieron claramente que por ser continua la falta de manutención era moralmente im- posible dar consistencia a la nueva fundación, y que estaban en peligro de sufrir los mismos accidentes de las pasadas Mi- siones, pues sólo cuarenta españoles pobres que tenía Guaya- na, no eran capaces de dar providencia alguna en tanta po- breza y necesidad. 2. Estas consideraciones obligaron al Prefecto de la Mi- sión, que lo era el P. Fr. Tomás de Santa Eugenia, a pasar con tres hombres a la otra banda del Orinoco, dirigiendo su viaje a la Nueva Barcelona y Cumaná, sin conocimiento de camino, pues no lo había, guiándose con agujas de marear, después de 27 días de viaje por dilatadas sabanas, se les aca- baron los bastimentos sin saber dónde se hallaban; y quiso la Divina Providencia que encontraran unos indios, quienes afa- bles los condujeron a su pueblo, desde donde les guiaron al término de su viaje. Noticiosos nuestros devotos de Barce- lona y Cumaná de tan nuevo como extraordinario viaje y de la trabajosa diligencia que se proponían ejecutar para el ma- yor servicio de Dios y de Su Majestad, contribuyeron gusto- sos y caritativos a la petición de dicho P. Prefecto, dándole de limosna hasta cien reses vacunas, que recogidas (le varios ha- tos en dos meses, fueron conducidas a esta Misión de Guaya- na. Y con el cuidado y buenas diligencias que se necesitan y la protección que les dispensó la Divina Providencia, tuvie- ron ganado suficiente para la manutención de las Misiones de los indios de nuevas reducciones y para servir a las urgencias de los soldados del Real Servicio, como lo ejecutaron con motivo de la invasión (le los enemigos ingleses en el año de 1740, dándoles gratis el libenter doscientas reses para la ma- nutención de la gente de socorro que vino de Cumaná, con que se pudieron mantener cerca de doscientos hombres, has-

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