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20 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA el resto del país; todo lo cual pudo ser causa principalisima, para que el Emperador Carlos V, en mala hora, cediera a los alemanes en 1528 la conquista de Venezuela, cuyo fracaso fué otra rémora de un cuarto de siglo. El lkenciado Juan Pérez de Tolosa que fué nombrado co- mo Fiscal de Venezuela en 1546 para ventilar este asunto de los Alemanes y de Juan Carvajal, al llegar a Santo Domingo escribió al Consejo de Indias (1) : "Lo que aquí ¡le podido al- canzar es que todos los cristianos (españoles) de Venezuela son idos al Nuevo Reino de Granada, excepto unos quince vecinos que residen en Coro." En la memoria que el Ilmo. Sr. Obispo de Coro, Fr. Juan Martínez de Manzanillo, presentó al Rey en enero de 1682 dán- dole cuenta del estado de su Diócesis, dice (2): "Forman el Capitulo de la Catedral (le Coro, el Deán, Dr. Francis- co González (le Gamboa, el Arcediano, Dr. Antonio de los Filos y el Chantre, Dr. Francisco López: la Iglesia Parroquial del Tocuyo estaba a cargo del Beneficiado Juan Carrasco, a quién ayudaba el clérigo por- tugués Prbo. Juan Barrientos y cuatro o cinco religiosos del convento franciscano, de quien dependían seguramente la administración de las doctrinas de los naturales de la región; la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto tenía por Beneficiado al Pbro. Blas de la Puente, a quien ayudaba el Pbro. Juan Mateos, y por doctrineros estudiantes que suplían la falta (le clérigos: en la ciudad de Trujillo estaba el Pbro. Francisco Severinos, aunque sin beneficio, pués lo tenía un clérigo Cervantes, beneficiado a la vez en el Nuevo Reino, donde residía sin conocer siqJiera la parroquia venezolana; ayudaban a Severinos cua- tro o cinco frailes franciscanos del convento de San Antonio, sin que en conjunto fueran suficientes, pues, las seis doctrinas de la jurisdic- ción estaban a cargo (le sólos tres frailes; la de Nueva Zamora de Ma- racaibo recibía administración espiritual del Pbro. Juan Pascual Ri- vas y no tenía doctrinas establecidas; tampoco las tenía el Portillo de Caroca de donde era cura el Pbro. Bartolomé Fernández; San Pedro de Nirva estaba en la misma carencia (le doctrinas y en la misma pose- sión de Presbítero secular; la Nueva Valencia del Rey, también sin doctrinas, gozaba de la asistencia del Pbro. Juan Calado; Nuestra Seño- ra de Caraballeda era servida por un fraile franciscano, y de sus doc- trinas, una tenía un diácono y otra un franciscano; y Santiago de León de Caracas con su beneficiado Pbro. Bernardo Vallejo Velasco y un (1) Véase Actuaciones y Documentos del P. Rionegro, pág. 183. (2) Parra León. historia cit. p. 237.

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