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MISION DE GUAYANA.—CAPITULO IV 193 Misión de la Purísima Concepción de Suay en Guayana, a 20 de mayo de 1723. Besa la mano de V. ilma. su menor súbdito afectísimo servidor, Fray Benito de Moya, Prefecto". 3. Copiamos a continuación el extracto del informe que el Gobernador de Trinidad hizo a Su Majestad el Rey acerca de las Misiones de aquella isla, en el cual pide que los Misio- neros de Guayana se encarguen de nuevo de doctrinar aque- llos indios (1) "Señor: Respecto al informe presentado a Vuestra Majestad por el ilustrísimo señor Obispo de Puerto Rico con motivo de la visita que hizo en esta isla el pasado año de 1730, en orden a la dejación que hicieron de las doctrinas de indios que estaban sirviendo, hacía mu- chos años, don Antonio Goveo y clon Juan Antonio Marcano, Presbíte- ros, de edad avanzada, con lo demás que expresa la Real Cédula fecha en Sevilla el 24 de enero de 1731, debo decir a Vuestra Majestad que las referidas doctrinas se están hoy sirviendo de dos doctrineros in- terinos, que son don Valentín Mier y don Pedro José de Acuña, Pres- bíteros seculares, con la misma ineptitud, incapacidad e incompeten- cia que los anteriores propietarios, por la total ignorancia del idio- ma de los indios, sus feligreses, y la ninguna aplicación para su in- teligencia; en orden a que estas doctrinas se pongan al cuidado de los Misioneros de la provincia de Cumaná, por hallarse más prácticos en la lengua de los indios, con el respeto debido como buen vasallo de Vuestra Majestad, (ligo: que esto sería contra las Reales Cédulas expedidas en años anteriores, y no remediaríamos el mal, pues la lengua de los indios de Cumaná, que es la de los Chaymas y Farautes, es totalmente distinta de la de los indios de Trinidad, Nepuyos y Na- parimas. Tenemos un caso práctico. El año pasado vino a esta isla de las Misiones (le Cumaná el P. Fr. José de Aranda, que lleva muchos años en aquellos Misiones y conoce bien la lengua de sus in- dios. Corno era tiempo de Cuaresma, quiso una india que vivía en esta ciudad confesarse con él; al efecto, pidió licencia al párroco y fué a buscar al Padre Capuchino; éste le habló en las diferentes len- guas de los indios de Cumaná, y no conocía ninguna la india de Tri- nidad, por lo que no la pudo confesar. Al encargarse, pues, estos Misioneros de las doctrinas de Trinidad, quedarían los indios como antes, sin pasto espiritual al menos al principio. Señor: tengo ya informado a Vuestra Majestad que los Padres Ca- puchinos de la provincia de Cataluña son los llamados para asistir a estas doctrinas, al mismo tiempo que trabajan en la reducción de los (1) P. Rionegro, t. II, pág. 236. T. u.—i'. 13

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