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190 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA nos de la provincia de Cataluña el cultivo y conversión de los indios de Guayana vinimos seis religiosos (1) el año 1723. Se emprendieron nuevas fundaciones en estas costas del Orinoco, donde llegamos el 10 (le abril de 1724 y no encontramos ni vestigios de los pueblos fundados anteriormente. Entre continuos afanes, trabajos y enfermedades que todos he- mos pasado en estas nuevas reducciones, hemos tenido la desgracia de perder dos de nuestros compañeros, carísimos hermanos y fervoro- sos operarlos de la viña del Señor, uno de ellos el Prefecto, P. Bruno de Barcelona; el otro el P. Eugenio, también de Barcelona, -pérdidas tanto más sensibles, cuanto que en esta provincia es copiosa la mies de gentiles dispuestos a reducirse y poblarse, y extrema la inopia de todos los medios para el logro de tan deseado fui, pues a pesar de haberla solicitado constantemente no hemos podido obtener contes- tación alguna. No obstante, con el incesante fervor y aplicación sin- gular de tan pocos como necesitados misioneros, afianzados en nues- tro buen celo y en la divina providencia, hemos fundado dos pueblos de Misión: La Purísima Concepción de Suay y otro de San Antonio de Caroní (2), que entre ambos tienen más de seiscientas almas, como consta de las matriculas que don Martín Pérez de Anda y Salazar y don Agustín de Arredondo, dignisimos gobernadores, formaron en las visi- tas de dichas Misiones. Hemos bautizado más de - cuatrocientos infieles, entre párvulos y adultos; los hemos reducido a costa de grandes sacrificios, entrando varias veces en los espesos bosques, tierra adentro, casi siempre solos los religiosos por falta de gente para formar escolta y a expensas de los escasísimos medios de la Misión. En la última entrada que aca- bamos de hacer el presente año de 1728, merecimos que nos acompa- fiara en persona nuestro Gobernador y capitán general don Agustin Arreclondo, estimulado del fervor y buen celo que le asiste en el servi- cio de ambas Majestades. En cuya consideración, toda esta Misión representa a Vuestra Reverendísima quela provincia de Guayana es de suave temperamento y fértil en rendir varias especies de buenos frutos, y fuera gran lásti- ma que pudiendo con el tiempo contribuir bastante esta provincia a la Real Hacienda, poblándose con muchas y crecidos Misiones, se que- dara en el estado miserable en que se halla, cernida por todas partes de enemigos que confinan con ella y sin gente de defensa. Los medios, pues, Rmo. P., que se necesitan para la más perma- nente y 'gloriosa reducción de estos naturales, y para el feliz logro de (1) Fueron los PP. Bruno de Barcelona, Prefecto, Benito de Mo- ya, Eugenio de Barcelona, Agustín de Olot, Tomás de Santa Eugenia y José Antonio de Vich. (2) Fué su fundador el mismo P. Benito de Moya.

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