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MISION DE GUAYANA—CAPITULO II 167 Para acabar con todos, corno lo habían resuello, se diri- gieron a la Casa Misión a buscar al Hermano Fr. Raimundo de Figuerola. Corno para entonces se habían juntado mu- chos, se fueron todos en tropel, y cual fieras sedientas de san- gre se lanzaron sobre la inocente víctima. Al apercibirse el Hermano de la novedad, reconoció el peligro; salió de la co- cina y, tornando el Santo Cristo, púsose de rodillas, piepa- rando su ánimo para la muerte. Fué acometido, en efecto con furia rabiosa y ejecutaron en él atrocidades semejantes a las que habían hecho con sus compañeros; le dieron muchas cuchilladas, crueles golpes con las macanas y lo traspasaron con flechas; por fin, lo degollaron y arrastraron a las zanjas donde estaban los otros cadáveres. También martirizaron al alférez Tomás Luna, único es- pañol que acompañaba a los Misioneros, dándole horrorosa muerte; lo sepultaron también en las zanjas de la iglesia, cu- briéndolos a todos con tierra para ocultar su crimen. Suce- dió esto el día primero de diciembre de 1699. No satisfechos los malvados indios con los horrores co- metidos con los Misioneros, pasaron luego a ejecutar cuantas maldades y sacrilegios pudieron inventar, y juntándose la mayor parte de la población celebraron con bailes y fiestas la muerte de los Misioneros, y después fueron a la Casa-Misión y sacando cuanto en ella había lo hicieron pedazos; pasaron después a la Capilla, derribaron los altares, profanaron los va- sos sagrados, se pusieron los ornamentos para remedar la Santa Misa, y después lo destruyeron todo: custodia, cálices, casullas. Todo fué ejecutado con grande algazara y bailes; y para colmo de iniquidades, sacaron a la plaza las tres imá- genes que había en la iglesia, que eran de talla, de Jesús, (le la Santísima Virgen y de nuestro P S. Francisco, y después de haberlas arrastrado y dado de coces con escarnio y mofa, las destruyeron. Por último, saciada su furia con tan ho- rrendas maldades y no teniendo ya más que destruir, temero- sos castigo que les vendría cuando llegara noticia de todo a los españoles, acordaron salir a explorar ci camino y es- perar al Gobernador en alguna emboscada para matarle; con

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