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MISION DE CUMANA.—CAPITULO IX 133 za de los naturales de dicho pueblo, de tal suerte que no hay otro de mayor obediencia y subordinacion y que mas fidelidad haya mostra- do, así a los ministros del Rey, como a los misioneros, por cuya causa ha sido destinado por el actual Prefecto para la reducción de la na- ción Guarauna. Esta conversion se mantiene en el mismo valle de Caripe, con mucho fomento, pues siendo as¡ que en los principios no tenia mas que veinticinco familias, se halla al presente con ciento treinta y en ellas ciento cinco hombres de armas. Es territorio frío y muy sano; procrean en él mucho sus natu- rales, y tanto que mujeres de cincuenta años conciben todavía; pro- duce toda especie (le hortalizas sin más cultivo que el de tirar la se- milla en la tierra (1). En este pueblo está fabricado el hospicio que la piedad de Su Ma- jestad se ha servido construir para los misioneros, a expensas de su Real Erario; se halla en el centro de la Provincia, y por eso muy có- modo para el concurso y recurso de los religiosos. Tiene al presente una suntuosísima iglesia con su torre propor- cionada, cuyo valor asciende a 7.000 pesos, y el de las alhajas y joca- has y demás adornos de ella, a 8.110, de cuyas dos cantidades ha su- plido Su Majestad 120; los naturales, con su trabajo personal, 1.500, y el resto de 6.490, los misioneros. Se han bautizado desde su fundacion 1,006 personas; se han cele- brado 294 matrimonios, y se han enterrado 227 personas que han muerto en la comunion de nuestrá santa Madre Iglesia. Tiene al pre- sente 590 almas, las que administra en la actualidad el muy Reveren- do Padre Fr. Simón de Torre los Negros, a la sazón Prefecto de las misiones, con su secretario el Padre Fr. Agustín de Albalete. El Patrocinio de San Jose. Esta conversion tuvo principio en el año de 1736, en la Costa de Paria y Mesa de Irapa. Fue su fundador el Padre Fr. Francisco de Torres, religioso de ardiente celo y fervoroso espíritu, quien padeció inmensos trabajos; (1) El Barón de Humboldt, en su célebre Viaje a las regiones equi- nocciales del Nuevo Continente, hace grandes elogios de esta Misión, y dice que ci huerto de los Misioneros ofrece el aspecto (le Uri grande g hermoso jardín. "Para entonces existían ya en lo que hoy forma la Sección Maturín varios pueblos de doctrina y uno de misión: este último era Caripe, cabecera actual del departamento Acosta, en el que los capu- chinos aragoneses que servían sus curatos, se reunían en Capítulo pe- riódicamente para tratar sobre asuntos religiosos; y aquellos eran San Antonio, Guanaguana, Chaguaramal, San Félix, Maturín y Santa Bárba- ra, donde los curas reunían por la noche a los indígenas pobladores de ambos sexos en la respectiva iglesia para enseñarles la doctrina cristia- na. Estas poblaciones se componían en aquella fecha exclusivamente de indígenas con la sola excepción de Maturín, porque los capuchinos, sus directores, no permitían que se avencindasen en ellos españoles ni criollos algunos". (Apoteosis de Bolívar, ya citada, pág. 222.)

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