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MISION DE CUMANA.—CAPITULO VIII 113 tierra en el año de 1766; y la tercera, que es del mismo material que la segusda, subsiste con su primera hermosura; tiene, segun avaluo de inteligentes, el coste de 4.000 pesos, y ci valor de jocalias, alhajas y demás adornos, de 2.000 pesos, habiendo de estas dos cantidades su- plido S. M. 400 pesos; 1.200 las comunidades y trabajo de los naturales de dicho pueblo, y el restante de 4.400, los misioneros. Se han bautizado desde la fundación del referido pueblo, 6.159 almas; se han celebrado 1.495 matrimonios, y se han enterrado 3.366 personas que han muerto en la comunión de nuestra Santa Madre Iglesia. Aunque en los principios fué muy crecido el numero de almas de dicho pueblo, desde el año de 1712 en que se erigió en doctrina, ha padecido grandísima decadencia por las tiranías de los Corregidores, y al presente solo tiene 403 almas, que las administra el E. P. Fr. Mi- guel de Segura en calidad de cura doctrineró. 5. Nuestra Señora del Pilar. Esta conversión tuvo principio en el año de 1662, en el día primero de mayo, en las cercanías de los Llanos de esta Provincia; tuvo permanencia en (lidio sitio hasta el de 1674, que en 25 de Marzo fué destruida por los indios levantados, y franceses, y en el año siguiente fué reedificada en el valle de Chu- pampar, muy remoto del antiguo sitio, de donde también se trasladó al valle de Chicauntar, por ser mal sano el referido Chupampar (1). Fundó esta misión cii todos sus sitios el P. Fr. Felipe de Hijar (2), predicador, varon verdaderamente apostolico, quien padecio inmen- sos trabajos en la reducción de estos indios, y abrumado de aquellos se imposibilito de tal suerte que perdio hasta la vista enteramente, pe- ro no por eso dejo de continuar en catequizar e instruir a dichos in- dios, hasta que murio lleno de méritos. Esta mision se erigió en doctrina y se entregó al Ordinario el año de mil setecientos doce, quedando a la administración de Clerigos seculares hasta el de 1754, que por estar muy atrasada a causa de las tiranías que con los miserables indios ejecutaban los misioneros secu- lares y sus curas, fue nuevamente entregada como todas las demás doctrinas, y las sirven los misioneros en calidad de curas doctrineros. (1) La Relación de 1678 ya citada, y el P. Anguiano lo llaman Chuparipar. (Véanse las págs. 74-5 (le este tomo). Esta diferencia que se nota en otros varios pueblos, tiene lugar frecuentemente en las terminaciones, que la copia del P. Torrclosnegros que tenemos a la vista, hace preceder siempre de g, como por ejemplo, Chacaraguar, Cayguar o Coyguar, Accyguar, Guipanaguar, Cariniguao; y todos los demás autores les anteponen una e, como Chacaracuar, Coi- cuar, Aceycuar, Guipanacuar, Carinicuao. Valga esta advertencia para todas las discrepancias, que se puedan encontrar en los nombres de estos pueblos. (2) Aquí sufrió el autor otra equivocación, pues el P. Hijar no habla llegado at'in a la Misión el 1662. Esta fué la Misión de indios Caribes que fundó el P. Carabantes, para los cuales compuso la gramá- tica y vocabulario en lengua Caribe, que se perdieron.

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