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80 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA pescado cogido desde la canoa, sin pan ni nada con que acompañarle, llevando por instantes jugada la vida, tanto por la inconstancia de los indios, como por falta de susten- to, de lo cual resultó el enfermar; de suerte que no pudo pro- seguir el viaje, pues era muy lenta la navegación de los in- dios río arriba; le fué preciso despachar un indio (le los que llevaba en su compañía a dar cuenta a los religiosos de la población de El Pao de su estado de salud, a fin de que, a la brevedad posible, saliere alguno al encuentro para conducir la gente a Parayma. Recibido el aviso, salió Fr. Nicolás de Renteria, y se en- cargó de la conducción de los indios, y el Venerable Padre se fué por tierra a la Misión, donde se reparé algo de su sa- lud. Llegó después Fr. Nicolás con toda la gente de las ca- noas al sitio que tenían señalado para la nueva población, que tomaría el nombre de Parayma, y saltando a tierra se fueron acomodando en las chozas que les tenían preparadas los Padres, mientras se les hacían unas casitas; había tam- bién iglesia, que precedentemente habían hecho los mismos religiosos. 4. Dista este sitio cinco leguas de la población de El Pao; y así que descansaron, fué el P. Plácido a recibirlos, dándoles un buen refresco. Señaló tierras para que cada fa- milia pudiera hacer sus labranzas; y para más asegurarlos, dispuso que Fray Nicolás fuese luego a Nueva Valencia y les trajese ocho cargas de maíz, arpones, azuelas, hachas, cuchillos, azadas y otras cosas necesarias para hacer sus labo- res y casas. 5. Formada la población, bautizó luego a los párvulos, y empezó a catequizar e instruir a los adultos. Continuó el siervo de Dios sin desaliento estos ejercicios, asistiendo, en cuanto pudo, con gran caridad y paciencia a todas las necesi- dades de la numerosa cristiandad, hasta la Pascua de Pente- costés del año siguiente de 1666; y deseando irla a celebrar con su Prelado y compañeros, salió la víspera de esa Pas- cua para la población de El Pao, y estuvo allá el día primero,