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CONCLUSION Hojeando con rápida mirada las anteriores páginas del presente libro, claramente aparecen a la vista los heróicos esfuerzos y trabajos de los Misioneros Capuchinos, y de buen grado asentimos a las palabras salidas de la justiciera pluma del Dr. P. M. Arcaya, quien contemplando la abnegación y sa- crificios de estos apóstoles de la verdad, venidos de España con el sólo intento y ánimo de reducir a estado cristiano y so- cial al indio venezolano, exclama entusiasmado sin poder re- primir su admiración (1) "Individualidades verdaderamente admirables estos sa- cerdotes! ¿Qué los impulsaba a ellos, hombres de notable cul- tura intelectual, a venirse a habitar entre bárbaros, con ries- go manifiesto de su vida, no sólo por los posibles desmanes de los indios, sino también por los efectos mortíferos del cli- ma? ¿Qué los movía a abandonar sus hogares, a romper, pa- ra siempre, los dulces lazos de la familia? Tan sólo una gran virtucl:fa caridad, el anhelo de salvar, por la fe de Cristo, los míseros salvajes, las pobres almas incultas, en cuya oscuridad no había penetrado jamás ningún rayo de luz, cuya dureza no había sido nunca tocada por ninguna palabra de afecto". Hombres ele notable cultura intelectual fueron, en ver dad, "los Misioneros (2), que generalizaban la doctrina y los primeros judimenlos de gramática castellana entre los jóve- (1) "Papeles viejos e ideas modernas". E. C. 1., núm. 337, pági- na 38, citada por Eloy G. González, Historia estadística de Cojedes, pág. 17. Caracas. 1911. (2) "Capítulos de la Historio colonial de Venezuela" por Arís- tides flojas, pág. 191.