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380 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Esta situación de angustia económica no se mejoró nota- blemente durante la primera mitad del siglo XVIII, pues con fecha 13 de febrero de 1772 se expidió una Real Cédula (1) en la cual manda Su Majestad que se pagasen a los Misioneros de Caracas la asignación de ciento cincuenta pesos que se les ha señalado, y que se les viene debiendo hace algún tiempo, pues, por razón de su pobreza, lo necesitan para atender a sus nece- sidades, y a las de sus iglesias y de los indios. A esta Real Cédula contestó el Gobernador de Caracas: "Que se han entregado a los Capuchinos 3.361 pesos de los 6.922 que se les adeudaba, los cuales se depositaron en casa del Sindico D. Juan Ignacio Garinendia para la fabricación del Hospicio; el resto no se ha podido pagar por falta de fondos". A los Misioneros de Guayana se les debía en 1762 una su- ma considerable (32.000 pesos (2), según el Gobernador Digu- ja), y a fines de siglo aún estaban ventilando esta deuda. Lo mismo les aconteció a los del Alto Orinoco, como vemos en la Nota del Virrey de Santa Fe al Consejo de Indias (3): "Los Misioneros Capuchinos del Alto Orinoco y Río Negro, encar- gados de la reducción de los indios gentiles desde el raudal de Maipu- res, han acudido a mí también para que les satisfaga sus sínodos: lo que no he ejecutado, por no haber de qué, previniendo a su Prefecto que acuda al citado Gobernador de Caracas, para que se los facilite". 6. Conviene dejar este punto bien sentado; pues hay mu- chos escritores extranjeros, y aun americanos, que hablan de los buques cargados de oro que llegaban cada año a las costas españolas, y que los Misioneros tenían pingües sueldos asigna- dos por el Rey, cuando en realidad sucedía todo lo contrario: España se empobreció y los Misioneros pasaron muchas nece- sidades y trabajos. El Dr. Marcial Hernández, en un discurso pronunciado con motivo del Centenario de la Independencia en Maracaibo el 19 de abril de 1910 (4), dice estas palabras: En el orden econó- (1) Biblioteca Nacional de Madrid, signatura 3561. (2) Véase en nuestro tomo TI, hablando de la Misión de Guaya- na, el capítulo que contiene el Informe del Gobernador Diguja. (3) R. S. Pereira. Documentos cits., pág. 97.

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