BCCCAP00000000000000000000503

36 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA ligiosos no se dormían, y se notaba indecisión en el Consejo de Indias, que se acentuó más con la intervención del Muy Reve- rendo Padre Comisario general de los Misioneros Francisca- nos Observantes, Fray Alonso de Prado, quien reclamó para sus religiosos la Misión de Píritu, alegando, como razón, que la referida provincia de los Cumanagotos se hallaba entre dos conventos de su Orden, de Caracas y Cumaná, y muy próxi- ma a cada uno de ellos. 6. Fué este un medio para salir del paso, y el año 1654 se expidió una Real Cédula para que salieran seis Religiosos Franciscanos Observantes del convento del Abrojo, fundado por San Pedro Regalado, en el sitio Real de Valladolid; los cuales se embarcaron en julio del mismo año, y, al llegar a Cu- maná, tomaron posesión de las tan discutidas Misiones de Píri- tu o Cumanagotos. 7. El P. Magallón, que estaba entusiasmado con los iii- dios, no se resignó a quedarse sin Misión, y presentó al Rey una tercera Memoria, insistiendo en su petición de volver a las Misiones; la cual, vista en el Real Consejo de Indias, acordó este que el señor secretario, D. Gregorio Leguía, hiciera un re- sumen de todos los documentos, y diera cuenta al Provincial de los Capuchinos, residente en Madrid, del estado de la cues- tión, a fin de que, reunido con los Padres más graves de la Provincia, estudiara el asunto y dieran su parecer. 8. El resumen es interesante, y da una idea clara de la cuestión (le que se trata; por esto lo reproducimos íntegro; es como sigue: "Por los años de 1650 se concedió licencia a Fr. Francisco de Pamplona para pasar con tres compañeros a la isla de Granada, a la conversión de aquellos indios; y habiendo llegado al puerto, no lo pu- dieron conseguir, por hallar la isla ocupada por los franceses; por lo cual pasaron a la provincia de Cumaná. Llegó esta noticia al Consejo por carta del señor Obispo de Puer- to Rico, que se hallaba visitando aquellos pueblos; y reconociendo que los religiosos no habían quedado en Cumaná con licencia de Su Ma- jestad, se hizo consultar en Consejo; y acordó que se volviesen a Espa- ña Fr. Francisco y sus compañeros, pues no habla tenido efecto el fin de su intento. Enviada la orden, regresaron los tres compañeros de Fr. Francisco, pues éste ya había muerto.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz