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MISION DE LOS LLANOS Y APURE.—CAPITULO XXVIII 363 de una casa que sirviera de Hospicio a los Misioneros Capuchi- nos, a lo cual contestó el Sr. Gobernador con Ja siguiente car- ta (1) • "Reverendísimo Padre: Luego que recibí su carta y la Real Cédu- la referente a la fundación del Hospicio, escribí al Prefecto ofreciéndo- le todo cuanto fuese necesario para la fábrica, y nos pareció mejor fue- ra junto a una iglesia donde hay una cofradía de mestizos; le agradó es- ta idea al Sr. Obispo, porque había sitio para el Hospicio y huerta. Al P. Prefecto y a los otros Religiosos les pareció mejor hacer la fundación en La Guayra, donde les ofreció sitio un bienhechor; ya iban muy adelante las gestiones, cuando notaron los inconvenientes, y se vi- nieron otra vez a Caracas a una casa que les ofreció Dña. María Rincón cerca de la dicha iglesia, y pueden aprovechar la huerta para tener al- go de verdura, pues, pobres como son, no pueden sustentarse entre po- bres, y en esta Ciudad no hay treinta familias que no lo sean. De Vuestra Reverendísima afmo. y S. S., Pedro Torres, Gobernador de Caracas. A 15 de Octubre de 1662". En esta casa continuaron alojándose los Capuchinos que llegaban a Caracas todo el tiempo que vivió Dña. María Rin- cón, quien les daba comida por un torno (2); después que murió dicha señora, como la construcción era de bajareque, y 'os Religiosos apenas venían a Caracas, se arruinó. Con fecha 5 de Diciembre de 1689 se expidió una Real Cé- dula lamentándose de haber dejado perder el edificio, y man- da al Gobernador que lo reedifique y ponga en condiciones de poderse habitar. No sabernos, si en cumplimiento de esta Real Cédula, se rehabilitó la casa cedida por Dña. María Rincón. 3. Con fecha 28 de noviembre de 1664, Dña. María Vera, viuda del Capitán Vargoyen, hizo cesión jurídica de un solar en la Calle Real, para que los Misioneros Capuchinos edifiquen un hospicio en Caracas, que su padre el Sargento Mayor, D. García de Vera, había dejado con este piadoso fin en su testa- mento, por estar convencido de que los Misioneros, que se dedi- can a la conversión de los indios, necesitan tener una casa en (1) Biblioteca Nacional (le Madrid. Sig. 3.561. D. núm. 3. (2) Memoria del P. Ildefonso de Zaragoza. Véase Rionegro. To- mo II, pág. 20.

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